Desde el siglo XIX, Biarritz ha sabido ganarse un lugar destacado entre los centros turísticos más distinguidos. Ya en aquellos tiempos, cuando Napoleón III y su esposa visitaban este balneario, uno de los consejos de viaje era acercarse a este pacífico pueblo de la costa sudoeste francesa para disfrutar de sus bellezas.
Se ubica a unos 8 kilómetros al oeste de Bayona, en la región de Aquitania, y su nombre ya nos habla de un destino turístico elegante y señorial. Sin embargo, los hoteles y servicios de Biarritz pueden atender a todo tipo de turistas, desde las familias hasta los muy exclusivos. Además, hoy ofrece una amplia gama de hostales y campings para presupuestos más acotados.
Las playas de Biarritz son famosas entre los surfistas por sus olas, perfectas para practicar este deporte. Y hacia aquí vuelan con sus tablas desde todos los puntos del planeta, y será un compañero más del paisaje de Biarritz durante nuestra estancia aquí.
Si buscamos playa, tendremos 3 kilómetros ininterrumpidos de dunas de arena de tal belleza que hasta el mismísimo Napoleón III quiso tener una casa aquí. Y así lo hizo: en 1855 se construye su palacio frente a las dunas Lou Sablacat.
El palacio es hoy (desde 1881) el hotel-casino Palais. Y si alguno busca lujo y sofisticación, deberá hacer su reserva aquí (y preparar la cartera, claro está).
Biarritz nos encantará cuando paseemos por la Avenida de la Emperatriz, que permite descubrir las vistas más interesantes de la ciudad. Así llegaremos a la Esplanade du Phare, sitio del Hotel du Paris. Al regreso por la Promenade nuestro paseo puede terminar en el Puerto de Pecheurs que tiene sus orígenes también en el siglo XIX y que conserva su ambiente entre los arrecifes que lo protegen.
Sin dudas, nuestro consejo de viaje es dirigir la mirada hacia Biarritz y elegir un lindo hotel donde pasar unos días por esta costa francesa.