El ferrocarril Brocken es parte de una red de trocha angosta que recorre 20 pueblos en la antigua frontera entre el Este y el Oeste en la época de las dos Alemanias.
La zona está a unas 3 horas al oeste de Berlín y se combinaría perfectamente dentro de un itinerario que tocase también Hannover, Dresde, Leipzig y Praga en una ruta hacia Viena y Bratislava.
El Brocken es un monte de algo más de 1.100 metros de altura cerca de Drei Annen Hohne. Desde allí puede ascenderse a él para tener una vista maravillosa de una zona de bosques y pequeños poblados.
Estos son los que recorre el tren dentro del entorno de las Montañas de Harz. Se conoce a esta zona como el “cinturón verde” que dividía antiguamente Alemania del Este y del Oeste.
Wernigerode es uno de esos pequeños y pintorescos pueblos que cobra una nueva vida cuando se acerca la época navideña. Acuden aquí viajeros de todos los rincones alemanes para disfrutar de un pueblo entero convertido en belén, con iluminación especial, pequeños puestos de comida regional y música en vivo en las calles.
Esta parte de Alemania, a poca distancia de ciudades tan importantes como Hannover, y a mitad de camino entre Berlín y Dortmund o Frankfurt, es una reserva paisajística y las más arraigadas tradiciones. Las locomotoras a vapor del tren de Brocken nos levan hacia el corazón de la Alemania profunda.
De hecho, esta línea ha sido declarada Monumento Histórico en 1972 y es lugar de visita obligada de todos los amantes del ferrocarril también, por la conservación de máquinas y vagones antiguos.
Si eres mayor de 18 años, además, al viajar en el tren del Brocken puedes hacer realidad un sueño y conducir la locomotora junto al ingeniero y el fogonero de turno. Eso sí, tendrás que ir vestido de oscuro porque el carbón no perdona.
Foto/ Flickr de Olher
Foto/ Flickr de ohaoha