Cuenta la leyenda que hace cuatro mil años un dragón amarillo ayudó al rey Xia a canalizar el agua hacia el mar. Fruto de esa canalización creció el río Minjiang. El monarca, agradecido, ordenó construir un templo en honor del dragón y bautizó el valle circundante con su nombre. Un valle único en el mundo, hermoso y sobrenatural, con cinco cascadas, cuatro cuevas de estalactitas y tres templos antiguos.
El Valle del Dragón Amarillo es el nombre popular con el que se conoce al Valle de Huanglong. Un enclave sencillamente mágico en donde cientos de colores se dan cita y juguetean en un escenario idílico. Lo encontramos en el valle de Songpan, al norte de la montaña de Minshan de Chengdu que, curiosamente, parece que sea la cabeza del dragón.
A lo largo de todo el valle podemos ver numerosas formaciones de cal que le dan un aspecto inusitado al paisaje. Por sus espectaculares formaciones kársticas fluyen minerales que le dan a todo el conjunto diferentes colores, apreciándose sensiblemente los tonos verdosos y amarillentos.
Bosques, montañas coronadas por cumbres nevadas, arroyos, fuentes termales y terrazas naturales de más de cuatro kilómetros formadas por depósitos de calcita son algunos de los grandes atractivos de la zona. Los estanques y saltos de agua que a lo largo de los siglos se han ido formando convierten este lugar en uno de los de mayor belleza singular del mundo.
Los cambiantes colores de las aguas del valle constituyen un panorama inusual. A su alrededor se agolpan cientos de turistas que quedan maravillados ante la expresión de la naturaleza. El descenso de las doradas aguas escalonadas a través de las más de tres mil piscinas y bancos de piedra caliza es lo que, a vista de pájaro, se asemeja a un inmenso dragón. Parece como si aquella criatura, una vez ayudado al rey, se hubiera tumbado a descansar sobre las sábanas del paisaje.
Junto a la cambiante naturaleza, en el Valle del Dragón Amarillo conviven una gran cantidad de especies de flora y fauna. Podemos encontrar más de sesenta tipos de mamíferos, algunos de ellos en grave peligro de extinción, como es el caso del panda gigante, el oso del Himalaya, el manul, el pando rojo o el mono dorado de nariz chata.
Entre la espesura de los bosques de coníferas, abetos, alerces y abedules oímos el canto de más de cincuenta especies de aves, como el pigargo de Pallas o el faisán monal chino. Una diversidad biológica realmente impresionante que no ha podido escoger mejor hábitat que estos impresionantes lagos color esmeralda.
Cualquiera que se adentre en este valle de Sichuan quedará profundamente sobrecogido. Rodeados por la meseta tibetana, la presa de las Tres Gargantas, el río Yangtsé y algunas de las montañas más espectaculares de China, no es de extrañar que toda la provincia en la que nos encontramos sea conocida como la tierra de la abundancia.
Todo el Valle de Huanglong fue declarado en 1991 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A lo largo de sus 700 kilómetros cuadrados aparecen pequeños pueblos y aldeas que se asoman al colorido del valle. Los lugareños conocen a todo este enclave como la montaña del país de las hadas.
– Cómo llegar
El Valle del Dragón Amarillo está situado a unos 60 kilómetros de la ciudad de Songpan. Lo mejor es alquilar un coche e ir por carretera (trayecto de una hora aproximadamente, ya que son carreteras de montaña), aunque también existe la posibilidad de coger un autobús bien temprano por la mañana. Hay algunos viajeros que deciden compartir un taxi y les puede resultar mucho más rentable que alquilar un coche.
Para entrar en Huanglong, al ser un parque declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, hay que pagar 200 yuanes (24 euros aproximadamente). Una vez dentro lo mejor es subir a pie o en funicular (lo más recomendable, sin duda) hasta los miradores y contemplar la maravillosa panorámica que se abre a nuestros pies. A partir de ahí hay rutas turísticas para todos los gustos. Preparad vuestra cámara de fotos porque va a echar humo…