En las visitas a México suele incluirse un paseo por la pequeña y pintoresca Taxco. Un retazo del México colonial que se encuentra en el camino entre el DF y Acapulco.
Desde el siglo XVI fue creciendo en una de las laderas de la Sierra Madre del Sur y atrajo los favores de los conquistadores por sus minas de plata, algo que ya conocían sus antiguos habitantes y que aún hoy la sitúa como uno de los lugares mas importantes de la artesanía en el manejo de este metal. La explotación de sus ricas vetas la convirtieron en uno de los centros mineros más importantes de la Nueva España.
Su nombre lo tomó del pueblo prehispánico Tlachco, «lugar del juego de pelota». Su perfil es netamente colonial: sus casas de muros blancos y techos rojos alrededor de la bellísima iglesia de Santa Prisca, orgullo de los taxqueños y uno de los templos más relevantes de América.
Reserva un hotel en Taxco y descubre los encantos de una ciudad que ha sido declarada “Monumento Histórico Nacional” por su valor arquitectónico, su belleza, su historia, su trascendencia en el devenir económico en todas las etapas de la historia local. En tu visita, te encontrarás con un entramado de callejuelas y escalinatas que te llevarán a todos los rincones, siempre con vistas únicas.
La ciudad de Taxco de Alarcón (como se llama realmente) ha conservado su aspecto el colonial donde destacan sus antiguas construcciones (como la iglesia de la Santísima Trinidad) y la peculiar traza urbana con sus retorcidas calles empedradas.
En tu visita a uno de los hoteles en México y camino a las playas del Pacífico (Acapulco o Puerto Vallarta, por ejemplo), debes hacer un alto en Taxco, con hermosos establecimientos y posadas que te harán revivir los siglos de la colonia en América.
Fotografía de la iglesia: Alejandro Mejía Greene
Fotografía de las tiendas: Yankara