Túnez, conocida oficialmente como República Tunecina, es un país situado en el norte de África, un lugar bañado por el mar Mediterráneo que cuenta con un amplio abanico de opciones turísticas entre sus 24 gobernaciones. Es cierto que la mayor parte de la población se aglutina en su capital, Túnez. No obstante, Túnez es más que su capital. Y tiene tesoros que te dejarán completamente asombrado. Hagamos un repaso de los lugares más destacados del país.
Qué visitar en Túnez
Comencemos por su capital, Túnez. Un lugar en el que se mezclan pasado, presente y futuro. Una ciudad con encanto suficiente para convertirse en el principal objetivo turístico del país. Fundada por navegantes cretenses, romanos y bizantinos hicieron que floreciera, convirtiéndose en 1160 en la capital del país.
Entre sus tesoros mejor guardados, La Medina, la Catedral Católica de Saint Vicent de Paul, la Torre de África o el puerto de La Goulette.
Muy cerca de la capital, encontrarás otra de las principales atracciones del país. Se trata de la ciudad romana de Cartago. Este sitio arqueológico es el más visitado de Túnez, y motivos no faltan.
Las ruinas de Cartago fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1979. Entre las piezas arqueológicas que se han encontrado, hay restos vándalos, bizantinos, pero, ante todo, romanos. Además, también hay buenos ejemplos de objetos púnicos. Sí, aquí en Cartago se encontraron algunos de los mosaicos más bellos y mejor conservados de toda la antigüedad romana.
La ciudad árabe más antigua de Túnez es Kairuán, a unos 160 km al sur de Túnez. No sólo fue importante en este país. Kairuán fue una de las mayores metrópolis de todo el Mediterráneo, algo que se refleja en sus monumentos.
Pasear por sus calles es una experiencia maravillosa, más aun teniendo en cuenta que la ciudad fue también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Encuentra restos islámicos en cada rincón, murallas enormes, una Medina encantadora a la que podrás acceder por la Puerta de los Mártires y joyas arquitectónicas como la Gran Mezquita de Kairuán.
Es imprescindible meter en este recorrido a Sfax. Esta ciudad portuaria debe su éxito turístico a las grandes murallas que guardan la Medina y el paisaje que se ve inmediatamente al salir de ellas. Campos de olivos que le dan un sabor especial a esta tierra.
De la Medina, que ya de por sí es una preciosidad, destaca la Gran Mezquita, con un minarete construido en el siglo IX. Pasea por las callejuelas del zoco y piérdete durante unas horas sin rumbo.
El Djem puede parecer una ciudad que pase sin pena ni gloria por Túnez. No obstante, no es así para nada; y es que en EL Djem se ubica uno de los monumentos más importantes del país y de África entera. Se trata del anfiteatro de El Djem. El mayor anfiteatro romano de África y el cuarto del mundo en tamaño. Sí, también fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Parece que la cosa va de Patrimonio de la Humanidad, pues la siguiente propuesta también fue inscrita en esta prestigiosa de lista de la UNESCO. Se trata de la ciudad portuaria de Sousse, a unos 140 km de Túnez. Concretamente su Medina, la Medina de Susa, un excelente ejemplo de las primeras ciudades de la conquista islámica del Magreb.
Finalmente, Sbeitla es otra de esas ciudades encantadoras que no deberían pasarse por alto en Túnez. Está sitauda en el corazón del país, entre altas mesetas. Tiene mucha importancia por las ruinas de una antigua ciudad romana convertida más tarde en capital bizantina.
Así, es posible ver restos romanos como el Arco del Triunfo de la Tetrarquía, los baños o termas públicas, el foro y los tres templos. También restos bizantinos, como la iglesia de Bellator, la iglesia de Vitalis, la capilla de Jucundus o los fortines, entre muchos otros.
Como se puede apreciar, la variedad de destinos en Túnez es mucho más amplia de lo que se puede pensar a priori. Un país que merece ser conocido y explorado a fondo para no dejarnos absolutamente nada.