Bakú, la capital de Azerbaiyán, es un lugar turístico lleno de sorpresas. Una ciudad con historia a orillas del mar Caspio. Un lugar con encanto que ha sabido prosperar a lo largo de los años, gracias en parte al petróleo.
Si estás pensando en viajar a Bakú, debes saber que se divide en dos partes, una parte nueva y la conocida como Ciudad Vieja. Esta última es el centro histórico de la ciudad, el lugar en el que encontraremos más monumentos; y es que no podemos olvidarnos que Bakú fue fundada en el siglo XI, por tanto, a día de hoy es posible visitar mezquitas, palacios y antiguas residencias de diferentes siglos. Sin duda un paseo lleno de emociones y fotos, muchas fotos, que esta ciudad bien las merece, más si tenemos en cuenta que este lugar es una antigua fortaleza de la que aún se conservan gran parte de sus murallas y torres. Un laberinto de callejuelas en las que siempre hay algo para ver.
Hay que destacar también, que desde el año 2000, esta Ciudad Vieja de Bakú se convirtió en el primer rincón de Azerbaiyán en ser clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero ¿qué tiene Bakú que la hace tan especial?
Podemos destacar el Palacio de los Shirvanshahs. Es considerado como el monumento más importante de la rama Shirvan-Absheron de la arquitectura del país. Este palacio cuenta con varias zonas, el edificio palaciego propiamente dicho, Divanhane, las criptas de enterramiento, una mezquita con un precioso minarete, el mausoleo de Seyid Yahya Bakuvi, una presa y los restos de las casas de baños.
Otro de los monumentos más importantes de la ciudad, inscritos también como Patrimonio de la Humanidad, es la Torre de la Doncella. Esta estructura se define como una torre persa sasánida. En su origen se construyó a orillas del mar. No obstante, debido al retiro de la línea de la playa, hoy podemos verla separada del agua por zonas ajardinadas.
El origen de la torre no se sabe con exactitud, aunque muchos aseguran que podría remontarse a 2.500 años. La poca información sobre la torre hace que surjan numerosas especulaciones y leyendas, aunque las versiones oficiales atribuyen su construcción a Masud Ibn Davud, un arquitecto del siglo XII.
Alojarnos en un hotel de calidad en esta ciudad no será problema. Podemos encontrar lugares como el Aysberq Resort Hotel, ubicado a 10 minutos en coche del palacio de Shirvanshahs y a tan sólo 30 minutos del aeropuerto Heydar Aliev.
El hotel cuenta con habitaciones con decoración clásica, equipadas todas ellas con minibar, TV de pantalla plana y cuarto de baño privad con zapatillas. Además, el hotel cuenta con un delicioso restaurante en el que se sirven platos típicos de la cocina azerbaiyana y platos turcos. Lo mejor de todo es que si te apetece, podrás comer al aire libre en la terraza.
Como extra, podemos destacar una sauna o hamman, piscina al aire libre, servicio de masajes e incluso un centro de fitness. Sin duda un lugar estupendo para pasar nuestras vacaciones en esta hermosa ciudad.
No podemos irnos de la ciudad sin recorrer uno de los lugares favoritos por los turistas, el bulevar marítimo. Este precioso bulevar se extiende por toda la costa, y lo cierto es que es el lugar ideal para pasear mientras observamos el mar y realizamos algunas compras en sus múltiples tiendas de recuerdos. También podremos descansar mientras degustamos algunos de los platos más autóctonos en los restaurantes del paseo.
Si quieres visitar algunos de los museos de la ciudad deberás desplazarte al ensanche. Ya fuera de la muralla nos encontraremos con la ciudad moderna, que dista mucho de esta parte antigua de Bakú ¿necesitas más? Cerca de Bakú encontrarás un sinfín de destinos repletos de templos antiguos e incluso curiosas salidas de gas natural ardiendo, como en Ateshgah. Además, también puedes desplazarte a Gobustan, un museo al aire libre lleno de piedras y restos pictóricos de la mismísima Edad de Piedra.