El País Vasco tiene mucho que ver y nunca deja de sorprender en cuanto a parajes naturales o pueblos con encanto se refiere. Hoy ponemos nuestros ojos sobre un lugar con un sinfín de sorpresas para el turista, Bermeo, un municipio vizcaíno, de la comarca de Busturialdea, con encantos más que suficientes como para plantearse una visita con estancia incluida.
Bermeo cuenta con un casco antiguo de gran belleza. Casas multicolores que pertenecieron a pescadores en su día, pero que arrojan cierto recuerdo a la época medieval. Plazas animadas, calles estrechas empedradas y un puerto de esos de postal.
Es imprescindible realizar una visita al Museo del pescador, ubicado en la Torre Ercilla, una de las 30 torres que defendían Bermeo en la Edad Media. Además de conocer en su interior parte de la historia más antigua de la ciudad, podrás admirar su estructura originalmente defensiva, levantada estratégicamente sobre el puerto viejo a finales del siglo XV.
Es destacable también el Casino de Bermeo. No es el original, pues el que se levantó en 1894 fue derruido en 1983 a causa de unas inundaciones. Aun así, llama la atención la fachada de este edificio de estilo ecléctico.
En tu recorrido por el municipio no podrá faltar tampoco la visita del Ayuntamiento, construido en 1732 y en cuya fachada habitan dos hermosos relojes solares, la casa Kikumbera, cuya estructura recuerda a la de un barco o templos religiosos como el Convento e Iglesia de San Francisco, la Iglesia de Santa Eufemia o la Iglesia de Santa María de la Asunción.
De su pasado medieval también posee otros recuerdos, como la Puerta de San Juan. Sí, Bermeo fue una villa amurallada, y, además de contar con torres defensivas, contaba con una gran muralla y hasta siete puertas de acceso, siendo esta la única que queda en pie.
Los parajes naturales también son destacables aquí en Bermeo. Aunque se puede destacar la isla de Aquech, el cabo Machichaco o la isla de Ízaro, es imperdonable no visitar Gaztelugatxe. Se trata de un islote unido a tierra firme por un puente de dos arcos. Una hermosa isla en la que descansa una ermita dedicada a San Juan que data del siglo X.
Es la imagen más representativa del municipio, y motivos no faltan. Una visita obligada que quizá canse un poco; y es que el puente se convierte en un estrecho camino con más de 200 peldaños. No obstante, merece completamente la pena hacer el esfuerzo, pues las vistas desde el islote, y durante todo el recorrido en sí, son de infarto. Una vez llegues a la ermita, no te olvides de tocar la campana tres veces. Según la leyenda, aquel que la toque tres veces pidiendo un deseo, lo verá cumplido.
Según parece ser, la iglesia que se ve hoy por hoy no es la original. No es de extrañar, teniendo en cuenta el lugar en el que se encuentra, a merced de todos los enemigos que intentaron invadir el municipio en su día. Lo cierto es que el islote ha sido atacado muchísimas veces a lo largo de los siglos. Pero no sólo fue visto como enclave estratégico, en tiempos de la Inquisición, y siempre según las leyendas de la zona, el lugar era frecuentado por brujas para celebrar reuniones nocturnas. Sea como sea, parece que Gaztelugatxe tiene historia suficiente para entretener al turista más exigente.
Bermeo se puede visitar sin problemas en un día. Una mañana será suficiente para adentrarnos en su patrimonio, y ya de paso probar su gastronomía. No obstante, si prefieres pasar una noche para recorrer sus calles con un poco más de tiempo, puedes alojarte en lugares como los Apartamentos Atxurra.
Los apartamentos cuentan con una ubicación ideal para conocer el parque natural de Urdaibai, muy cerca de la localidad. Además, la zona que rodea este hotel rural ha sido declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Un enclave perfecto para descansar.
El hotel cuenta con una terraza encantadora y un gran jardín. Ofrece aparcamiento gratuito y también posee una zona de juegos infantiles y un restaurante para poder probar todos esos platos tradicionales de la cocina local.