Aunque es la Giralda la que se lleva toda la fama simbólica de este monumento, realmente, no es sino una parte, la más importante, eso sí, de todo el conjunto histórico artístico de la Catedral, una visita imprescindible si queréis presumir de haber viajado para ver Sevilla.
¿Cómo es la Catedral de Sevilla?
Este enorme conjunto gótico es el mayor edificio religioso de España y el tercero de Europa. Fue construido entre los siglos XV y XVI donde se había ubicado la gran Mezquita Mayor de los almohades durante los 300 años anteriores. El sitio parece destinado a los ritos religiosos, ya que los árabes escogieron el emplazamiento de un templo visigodo que se encontraba en ese solar.
La Giralda actual está constituida por el minarete de la mezquita. Se la reconoce por la figura del Giraldillo o veleta que se levanta a un centenar de metros sobre la calle. El minarete fue erigido en el año 1198 y en el 1568 se reemplazaron las esferas de bronce que deben permanecer en el mismo según el ritual musulmán, por el campanario tan afín con las costumbres cristianas. No te pierdas nuestro artículo completo con toda la información sobre horarios y precios Giralda de Sevilla; que seguro te resultará útil.
La Catedral de Sevilla es singular desde la mismísima acera. Allí se encuentra una la línea de pilares de origen romano cuyos mármoles se trajeron de Itálica. La fachada está dominada por la maestría del gótico en la Puerta de la Asunción. El vasto interior está iluminado por vidrieras flamencas que dan una luz especial a la visita. Visita que nos lleva a las adornadas capillas que la componen, con importantes obras de arte como el Cristo de la Clemencia (escultura barroca), la Virgen de los Reyes (patrona de Sevilla tallada en estilo gótico), la Custodia Procesional del siglo XVI o los cuadros de Murillo (nacido en Sevilla), de Zurbarán y de Goya que verás a tu paso.
La Capilla Mayor, protegida tras un soberbio enrejado de 1518 merece una visita particular. Su retablo es una magnífica obra maestra gótica formada por 44 paneles tratados con la técnica del dorado. Sobre el altar, se ubica la figura de la Virgen de la Sede, a quien ha sido dedicada la catedral.
Sin embargo, no podemos dejar la Catedral de Sevilla sin visitar la tumba de Cristóbal Colón, situada en el brazo derecho del crucero para acoger los presuntos restos mortales del Descubridor de América traídos desde Santo Domingo en 1898.
Recomiendo también pasarse por el Patio de los Naranjos, vestigio también de la antigua mezquita árabe, donde los fieles realizaban las abluciones antes de los rezos.
Llega el momento de dejar la catedral. En las cercanías os recomiendo visitar también los históricos Reales Alcázares de Sevilla, y como no, dar luego un relajante paseo por el Barrio de Santa Cruz, probablemente el de más sabor tradicional de la ciudad.