Me encuentro leyendo una de las noticias musicales del día. En una entrevista con David Frost, Paul McCartney asegura que Yoko Ono, viuda de John Lennon, no fue responsable de la separación de la banda de Liverpool. Según Paul, The Beatles ya se estaban desarmando por aquel entonces, y Lennon ya había decidido con anterioridad dejar el grupo.
Lo cierto es que cada vez que leo alguna noticia de los Beatles no puedo por menos que tele transportarme hasta Liverpool. Los que en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido atraídos por la música de estos chicos hemos creído que esta ciudad inglesa supone todo un motivo de peregrinación en nuestras vidas. Y a fe que cuando llegas allí todo o casi todo se supedita a ellos y al mítico Anfield Road, estadio del equipo de fútbol de la ciudad.
Si embargo fue allí donde leí una frase de John Lennon que me hizo conocer otra gran ciudad: «Puede que haya nacido en Liverpool, pero me crié en Hamburgo». Los Beatles tocaron en cuatro clubes de esta ciudad portuaria del norte de Alemania desde agosto de 1960 a diciembre de 1962, en un momento de la historia en el que los chicos de Liverpool aún no gozaban ni mucho menos del prestigio y del reconocimiento que sí tenían otros grupos.
En Hamburgo los Beatles pretendían firmar sus primeros contratos, ser conocidos y crecer musicalmente hablando. Curiosamente en aquella época Hamburgo apenas asomaba la cabeza tras haber quedado completamente destruida en 1944 con los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Tanto es así que los familiares de los Beatles se mostraban bastante reacios a que los chicos dejaran Liverpool por Hamburgo. Pero claro, la pela es la pela, y no solo en Cataluña…
El propio Paul McCartney diría más tarde: «A Hamburgo llegamos siendo unos críos y regresamos a Liverpool siendo unos críos maduros. Allí crecimos». Los cinco componentes que por aquel entonces formaban los Beatles dieron su primer concierto de la historia fuera de Inglaterra. Fue en el bar Indra, actualmente uno de los grandes santuarios de peregrinación en Hamburgo para los amantes del grupo de Liverpool.
En total los Beatles tocaron en Hamburgo 281 noches. Allí conocieron a Ringo Starr, quien tocaba en la ciudad alemana con otro grupo inglés. Lo curioso del caso es que, una vez abandonado Hamburgo, los Beatles no volvieron más a la ciudad alemana. Lo hizo Paul McCartney en 1989, quien regresó para dar un concierto.
Los amantes de los Beatles que reserven su hotel en Hamburgo, tienen numerosos lugares que les harán recordar los grandes momentos de este grupo. Entre ellos el Museo Beatlemanía, un edificio de cinco plantas con un enorme submarino amarillo en la fachada, y que cuenta con exposiciones de los chicos de Liverpool. En esta exposición puede verse el primer contrato de grabación firmado en la ciudad alemana.
En el populoso y conocido barrio hamburgués de Sant Pauli se encuentra el Star Club, uno de los locales en los que brillaron los Beatles. En este bar llegaban a tocar diariamente durante al menos seis u ocho horas. Toda una pasarela para los que en aquella época eran conocidos como Silver Beatles.
Asimismo en Hamburgo se halla la Beatles Platz, una plaza circular de suelo negro, representando un disco de vinilo. En uno de los extremos de esta plaza se aprecian las esculturas de los cinco Beatles (entre ellos Stuart Sutcliffe, quien moriría el 10 de abril de 1962 de una hemorragia cerebral). En el suelo de la plaza se leen los títulos de algunas de las canciones más exitosas de los Beatles.
Así es fácil explicarse ahora porqué dijo lo que dijo John Lennon sobre Hamburgo. La ciudad alemana tuvo buena parte de culpa del sonido del mítico grupo inglés.