Comerse un gofre, pasear por sus empinadas calles o visitar la Grand Place no son las únicas visitar recomendables en Bruselas. Lo cierto es que esta ciudad de Bélgica, cuenta con una oferta cultural desbordante. Así pues, merece la pena realizar una ruta por algunos de sus principales museos.
Tienes, para empezar, Los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. Se trata en realidad de una agrupación de 4 centros de arte considerados como los más famosos de todo el país. Cuentan, entre otros, con más de 20.000 pinturas, dibujos y esculturas que van del siglo XV hasta la actualidad. Los museos son, el de Arte Antiguo, el Museo de Arte Moderno, el Museo Constantin Meunier y el Museo Antoine Wiertz. Y en cuanto a los artistas, podrás descubrir obras de artistas de la talla de Van Dyck o Rubens.
¿Amante de la música? En Bruselas tienes el Museo de Instrumentos Musicales, una visita obligada en la que podrás admirar hasta 7.000 instrumentos musicales de todos los tiempos venidos de diferentes partes del mundo. Por si esto fuera poco, la galería está emplazada en un edificio precioso considerado una joya arquitectónica del Art Nouveau, el conocido como Old England
El Museo de Historia Militar es de esas visitas que te dejarán con la boca abierta. Un lugar en el que recorrer salas enormes llenas de tanques, aviones, uniformes y armas. Sin duda, uno de los mejores museos de su temática en el mundo. Dedicado al ejército belga e inaugurado en 1923, esta exposición de dimensiones realmente grandes te sorprenderá.
Lo cierto es que no eres tan bélico, y a ti, lo que te apetece, es ver coches antiguos. La ciudad de Bruselas también te puede ayudar en eso, concretamente Autoworld, una de las mejores colecciones de coches del mundo con más de 300 automóviles, auténticas reliquias vivientes que podrás admirar a pocos metros, recreándote en las líneas y colores que se llevaban en diferentes épocas, como en la Belle Epoque, la Gran Guerra o la década de los 50, entre muchos otros.
Conocer la historia de la ciudad a través de sus museos es posible, concretamente a través del Museo de la Ciudad de Bruselas, conocido como Musée de la Ville. Está emplazado en la famosísima Grand Place, dentro de la Maison du Roi, o lo que es lo mismo la Casa del Rey.
En el interior de este palacete, destaca la colección de figuras de porcelana de la planta inferior, con esculturas del siglo XVI al XVIII. Asimismo, también resulta interesante la recopilación de planos y maquetas que hablan del desarrollo urbano que ha sufrido la ciudad durante sus años de historia.
¿Recuerdas el Manneken Pis? Sí esa figurita que siempre va con atuendos divertidos. Pues en este museo puedes visitar gran parte de los más de 600 trajes que forman parte del vestuario del niño más famoso de la ciudad.
Recuerda que la Grand Places es una excelente zona para buscar hoteles en Bruselas. Una parte de la ciudad céntrica que te permitirá estar cerca de los principales monumentos
La ciudad también cuenta con un museo dedicado a la naturaleza, el Instituto Real de las Ciencias Naturales, ideal para recorrer con niños y aprender un poco sobre la historia de la evolución. Destaca, ante todo, por su gran colección de esqueletos de dinosaurios, que es la más grande de Europa y una de las más importantes del mundo entero.
Antes de terminar, hay que recordar uno de los museos menos conocidos por el turista, pero más amado por los belgas. Se trata del Museo del Comic de Bruselas. No hay que olvidar que Bélgica es cuna de grandes dibujantes, y que hay una gran cultura de comic entre la población.
Para encontrarlo te tocará callejear un poco, aunque no queda extremadamente lejos de zonas céntricas como la Grand Place o la Catedral de Bruselas. Está alojado, además, en un antiguo edificio de estilo Art Nouveau, un edificio que ya merece la pena admirar, al estar diseñado por el famoso arquitecto Víctor Horta.
En su interior, miles de tiras de comic. Un recorrido que poco a poco te adentra en este mundo mostrándote los orígenes del mismo y un claro homenaje a Tintín, el famoso personaje creado por Hergé. Es, sin duda, el personaje favorito de los belgas. Su comic más internacional, traducido a cuarenta idiomas y con más de 140 millones de copias de sus comics vendidas en todo el mundo