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Qué ver en Milán en 2 días

Milán es la mayor área metropolitana de Italia y el segundo municipio del país por población. Es, por tanto, un lugar importante en los mapas, pero también como destino turístico. Es cierto que muchas veces hemos escuchado eso de que “En Milán hay poco para ver”. Pero nada más lejos de la realidad, y para muestra esta guía. La ciudad de Milán, además de contar con un amplio patrimonio, es perfecta para visitarla durante dos días.

Primer día en Milán

Comenzamos por uno de los lugares más importantes de la ciudad, la Plaza del Duomo. Este es el rincón de Milán en el que descansa la enorme Catedral de Milán. Y lo de enorme no es una forma de hablar: esta catedral está considerada una de las más grandes en dimensiones de todo el mundo. cuenta con espacio para nada más y nada menos que 40.000 personas, que se dice pronto.

Por cierto, además de visitar su interior, no te olvides de subir a la terraza panorámica, con unas vistas espectaculares, así como la cripta, el Tesoro y el Baptisterio.

Una vez terminemos con la catedral, llega otro de los lugares más simbólicos de Milán, la conocida como Galleria Vittorio Emanuele II. Es, sin duda alguna, uno de los pasajes comerciales más bonitos del mundo.

Galleria Vittorio Emanuelle II, Milán

Además de tiendas, cafés y restaurantes, este lugar es agradable por su arquitectura; y es que este edificio construido entre 1865 y 1877 está formado por dos arcadas perpendiculares cubiertas por una enorme bóveda de vidrio y hierro.

Muy próxima está la Plaza de la Scala. Esta plaza, además de ser una de las más animadas de la ciudad, cuenta con el famoso Teatro alla Scala. No es tan famoso mundialmente como óperas como la de París o Viena, pero merece también una visita.

Si seguimos un recorrido por la ciudad nos encontraremos con el Castello Sforzesco, que es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, no sólo por ser una fortaleza construida en el siglo XIV, sino también por poseer algunos de los mejores museos de Milán.

Castello Sforzesco, Milán

En su interior tendrás que elegir, aunque puedes verlos todos sin problema alguno, eso sí, con tiempo. Puedes elegir entre espacios tan interesantes como; el Museo de Arte Antiguo, con obras como la Piedad Rondanini, el último trabajo de Miguel Ángel; la pinacoteca del castillo con más de 1.500 obras; el Museo Egipcio; el Museo de Prehistoria y Protohistoria; el Museo de Artes Decorativas; el Museo de los Instrumentos Musicales; o el Museo del Mueble.

Cuando salgas del palacio no te olvides del Parque Sempione. Se trata de una zona ajardinada que se construyó junto al palacio y que se proyectó como un precioso jardín inglés.

En los alrededores de estas zonas también hay plazas importantes como la Piazza Mercanti, que además de ser un lugar muy recomendable para visitar, cuenta con edificios interesantes como el Pallazzo della Regione.

Puedes reservar la tarde para ver otras zonas comerciales. Sin duda, la más llamativa es el Cuadrilátero de la Moda. Este espacio con calles como Via Montenapoleone o la Via della Spiga, cuenta con las tiendas y boutiques más exclusivas de Milán.

Segundo día en Milán

El segundo día puede comenzarse en el Cementerio Monumental de Milán. Muchos no seréis amantes del necroturismo, pero lo cierto es que en este cementerio es posible ver verdaderas obras de arte. Es más, está considerado como un museo al aire libre con impresionantes obras realizadas desde el siglo XIX hasta nuestra actualidad.

El resto del día puedes perderte entre las calles para descubrir algunas de las iglesias más importantes de Milán. Ahora bien, no hay que olvidarse de una de las más importantes, no por su estructura, más bien por lo que guarda en su interior. Se trata de la Iglesia de Santa Maria delle Grazie. En ella encontrarás la famosa Última Cena de Leonardo da Vinci. Eso sí, olvídate de verla si no has reservado entrada.

Otra opción para este día es la Basílica de San Ambrosio. Fue reconstruida en el siglo XI con un estilo románico lombardo. A partir de ese momento se convertiría en la iglesia modelo para todas las que se construyeron con ese estilo. Es una maravilla, tanto por dentro y como por fuera.

También es interesante la Iglesia de San Maurizio. Quizá por fuera no te diga nada, pero por dentro oculta toda una serie de preciosos frescos del siglo XVI en perfecto estado de conservación.

No es la ciudad más turística de Italia, desde luego, pero eso no quita que Milán es un destino más que recomendable para ver, un destino que siempre hay que incluir en cualquier recorrido por el norte del país.

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