La capital de Eslovenia, Liubliana, es un lugar encantador. Una hermosa ciudad que nació como campamento militar romano y que a lo largo de los siglos fue evolucionando para dar paso a una ciudad con una arquitectura llamativa incluida por la moda austríaca.
Hay que decir que aunque la ciudad ha crecido, su centro histórico permanece intacto. Es cierto que encontraremos grandes avenidas y edificios, pero el corazón de la ciudad se mantiene como un oasis artístico. Un lugar ideal para pasear con calma; y es que aquí, en Liubliana, la mayoría de las atracciones se encuentran en este centro histórico o muy próximo al mismo, pudiendo así acceder a pie sin problema.
¿Qué merece la pena ver en nuestra visita a Liubliana? Pues muchísimas cosas; y es que no olvidemos que estamos en una ciudad llena de historia por la que han pasado diferentes civilizaciones. No obstante, si quisiéramos resumir, en nuestra lista figuraría sin lugar a dudas el Castillo de Liubliana.
Este hermoso castillo medieval es quizá el lugar más importante de la ciudad, turísticamente hablando. Está ubicado en la cumbre de la colina que hay en el centro de la ciudad, en una zona que ha estado habitada desde el año 1200 a.C. Así, todo parece apuntar que la cumbre era en realidad el lugar en el que se ubicaba una fortaleza romana, un asentamiento alrededor del cual se creó esta ciudad.
Lo cierto es que su estado de conservación no es nada malo. Ya se han asegurado de que sea así con numerosas restauraciones. Además, podemos apreciar unas vistas espectaculares sobre la ciudad. Por tanto, merece la pena visitarlo.
Otra de las grandes visitas es la Catedral de San Nicolás. Se trata de un templo católico con una cúpula verde inconfundible y dos hermosas torres gemelas. Un precioso edificio que ocupa el lugar que antes ocupaba una iglesia románica mucho más pequeña. Un templo que nos llamará la atención por su estilo barroco y por su interior, lleno de frescos de Giulio Qauglio.
Es imperdonable no pasar por plazas tan famosas como la Plaza Preseren, situada en el corazón de la ciudad, justo a los pies del castillo, o plazas como la de Mestni trg, Stari trg and Gornji trg, llenas de restaurantes y cafeterías rodeados de edificios barrocos. Un lugar estupendo para relajarse.
Además de la catedral, también existen otros templos menores que pueden ser interesantes para el turista, como la Iglesia Franciscana de la Asunción, construida entre 1646 y 1660, o la Iglesia de San Pedro, templo cuyo origen podría situarse en 1262 siendo así la iglesia más antigua de la ciudad, o por lo menos una de ellas.
Cabe destacar que frente a la Iglesia Franciscana de la Asunción encontramos un monasterio franciscano del siglo XIII que cuenta con una biblioteca famosísima repleta de obras, más de 70.000 libros. Muchas de estas obras son incunables y manuscritos medievales.
Con estos templos disfrutaremos bastante del arte sacro de Liubliana, no obstante, nos queda muchísimo por conocer; y es que la ciudad cuenta con sorpresas como el conocido Puente de los Dragones, un puente construido en 1900 cuando la ciudad formaba parte del Imperio austrohúngaro y considerada como una de las obras más importantes del estilo arquitectónico de la Secesión de Viena, además de ser uno de los primeros puentes de hormigón de Europa
En cuanto al alojamiento, la ciudad cuenta con una oferta de hoteles de lo más respetable, con buenos precios y calidad suprema. Así, encontramos por ejemplo el Hotel Grand Union,, un establecimiento de 4 estrellas situado en el corazón de la ciudad, a tan sólo unos pasos de una zona peatonal de lo más animada y muy cerca de los principales puntos de interés del centro histórico.
Por otro lado, también podemos destacar le Hotel Four Points by Sheraton Ljubljana Mons, un hotel de 4 estrellas de lo más elegante, ubicado en una zona muy tranquila rodeado de un frondoso bosque.