Si la playa no es lo tuyo y este año te apetece disfrutar del verano en el monte, te proponemos una visita cuanto menos peculiar, siéntete como la mismísima Heidi, rodeada de prados, casas de madera y animales ¿dónde? Pues en HeidiDorf, una especie de parque temático en Suiza, inspirado en el cuento de la poetisa Johanna Spyri sobre esta pequeña que nos acompañó durante gran parte de nuestra infancia.
Para llegar a HeidiDorf, primero debemos llegar a Maienfeld, una comuna suiza del cantón de los Grisones situada en el distrito de Lanquart. Se trata de un bonito pueblo de los Alpes, en el que además de alojamiento, como el Swiss Heidi Hotel o el Heidihof Hotel, podremos encontrar visitas interesantes como la de su iglesia, el castillo o incluso unas antiguas murallas que aún quedan en pie. No obstante, no nos engañemos, el mayor de los reclamos de este encantador pueblo es HeidiDorf.
HeidiDorf trasladará a todos los visitantes a un mundo completamente idílico. Un lugar que nos muestra la visión romántica de Suiza que dio Johanna Spyri al presentarnos a Heidi. Cerca de Maienfeld, podemos comenzar este recorrido por el pueblo de la niña, un lugar con unas cuantas casitas que cuenta además con la casa museo de Heidi.
Heididorf es pequeño, sí, pero su encanto es enorme. Entre las casas, podemos encontrar una en la que viven los granjeros que cuidan el lugar, algún que otro negocio para vender recuerdos (con un precio bastante alto) del mundo de Heidi y la ansiada casa museo.
Esta casa museo es blanca y cuenta con unas preciosas ventanas negras y tejados de madera. Tiene tres plantas y en ellas, se intenta hacer una recreación de la casa en la que vivía la niña con su abuelo durante los largos inviernos. Lo mejor de todo es que hay libertad absoluta para recorrer cada una de las estancias. Así, encontrarás la planta baja o establo; las escaleras de madera que te conducirán a la primera planta, con la habitación de estar, la cocina, la habitación del abuelo y el baño; y finalmente la tercera planta, en la que se ubica el cuarto de la pequeña Heidi.
En el pueblo encontramos esculturas en troncos de madera que representan a los diferentes animales de granja, es más, en la propia casa museo podremos ver la representación en cera e Heidi y Pedro.
No pensemos que con esta visita se termina todo, ni mucho menos. Una vez salgamos al patio de la casa de Heidi, comenzará la segunda parte del recorrido, el Heidi Weg, un sendero que discurre por un sinfín de prados y que nos conducirá, tras 2 o 3 horas de caminata, a la casa de verano de Heidi, la que todos tenemos en mente cuando nos acordamos de esta pequeña y la serie animada que podíamos ver verano tras verano en la televisión.
El sendero cuenta con 12 paradas antes de llegar a la ansiada casa. En estas paradas encontramos la historia de la famosa escritora suiza narrada de una forma lúdica. Así, el primer punto de nuestra ruta nos mostrará la fuente en la que Pedro daba de beber a sus cabras. Un poco más arriba, a unos 100 metros, estará el banco de madera en el que Heidi y su abuelo paraban a descansar cuando bajaban al pueblo a vender los quesos. Encontraremos también la casa del árbol, o incluso el lugar en el que la silla de ruedas de Clara se rompió consiguiendo que se atreviera a andar por primera vez. Sin duda paradas emblemáticas que darán paso a la más importante, la de la casa de verano de Heidi, con las esculturas de madera de Niebla y de las cabras Blanquita y Copo de Nieve.
Aunque la ruta es ideal para los amantes de este mítico personaje, lo cierto es que el recorrido también nos muestra paisajes de lo más interesantes, un sinfín de prados verdes, vacas y en definitiva naturaleza viva, ese tipo de naturaleza que sólo se puede ver en los Alpes.
También te puede interesar: