La capital alemana es un destino siempre atractivo para visitar. En este caso, nuestra recomendación de viaje es conocerla un poco más disfrutando de la próxima Semana Santa en Berlín.
Desde este espacio ya nos hemos acercado a Berlín en otras oportunidades. Es que es muy sencillo encontrar un hotel en Berlín que nos de buen servicio, ubicación y buenos precios. Así que volvemos a ella.
Volveremos a pasar por la Berliner Dom ya que a su alrededor se encuentran algunos de los mejores museos.
Si te ha impresionado conocer la Berlín subterránea, te encantará recorrer hoy uno de los hitos de la ciudad: la Puerta de Brandenburgo, símbolo de Berlín y quizás hasta de toda Alemania.
La Puerta de Brandemburgo
La Puerta de Brandemburgo se encuentra en el centro de la ciudad, separando la zona del Tiergarten y la famosa avenida Unter den Linden. No se trata de un arco del triunfo, como puede parecer a simple vista, sino simplemente de una puerta de acceso al que era, en el momento de su construcción, el Nuevo Berlín.
Fue construida entre 1788 y 1791, en tiempos de Guillermo II de Prusia. Está realizada en piedra arenisca y mide 65,5 metros de ancho, 11 de largo y 26 de alto.
Su perfil sigue el modelo arquitectónico de la puerta de acceso a la Acrópolis ateniense. Sobre la Puerta se encuentra la famosa estatua de cobre conocida como “la Cuádriga”: la diosa de la Victoria montada en un carro arrastrado por cuatro caballos.
Durante la II Guerra Mundial, la Puerta de Brandenburgo fue gravemente dañada y la Cuadriga fue destruida casi por completo, reconstruyéndose más de una década después. En 1961, cuando se construyó el Muro de Berlín, este monumento quedó en la “franja de la muerte”, entre los dos muros que dividían la ciudad.
Treinta años después, hoy es el paso obligado de los viajeros que visitan Berlín.