En cuestión de salud no hay que escatimar, menos aún cuando viajamos a otro país. Es interesante pues informarnos sobre temas como la TSE (Tarjeta Sanitaria Europea) o los seguros privados que podemos contratar antes de viajar para saber qué nos interesa más.
La principal ventaja de la TSE es que es una tarjeta completamente gratuita que podremos demandar en nuestro país y que nos permitirá disfrutar de la atención sanitaria pública durante nuestros viajes en cualquier país de la Unión Europea.
Si queremos pedir esta tarjeta, que insistimos es completamente gratuita, tan sólo tendremos que acudir a las oficinas de la seguridad social de nuestro país, aunque se puede pedir en muchos casos por internet, aunque hay diferentes situaciones que obligan a los ciudadanos a personarse en estas oficinas sin opción a demandarla por internet, como los que están situación de desempleo, cobrando la pertinente prestación, o aquellos que están asegurados con un contrato de trabajo temporal, entre otros casos. Así, para tener derecho absoluto a esta tarjeta tendremos que estar asegurados o cubiertos por la seguridad social en cualquier Estado miembro de la Unión Europea, Islandia, Liechtenstein, Noruega o Suiza. Además, es importante saber que estas tarjetas son completamente personales, por lo que cada miembro de la familia deberá contar con la suya propia.
También debéis saber que esta tarjeta tiene una validez de dos años. La fecha de caducidad se indica en la misma. Así, antes de que nos desplacemos en cualquier momento a cualquier país ya mencionado, será esencial comprobar esta fecha, si no queremos encontrarnos con sorpresas durante el viaje. En el caso de que la tarjeta caducara durante nuestra estancia, podemos pedir una nueva para que nos cubra durante esos días.
Tenemos que tener claros un par de puntos. Para empezar, hay que saber que esta TSE nunca será una alternativa al seguro de viaje. ¿Qué significa esto? pues que esta tarjeta no nos va a cubrir la asistencia sanitaria privada, tan sólo la pública, además tampoco nos cubriría los gastos de traslado en el caso de que tuviéramos que volver antes por cualquier incidencia relacionada con nuestra salud, como tampoco lo hará si perdemos cualquiera de nuestras pertenencias en el viaje.
Queda completamente prohibido usar esta tarjeta en el caso de que durante nuestro viaje recibamos tratamiento médico específico. Además, no garantiza la gratuidad en todos los casos, pues lo cierto es que la sanidad pública de que cada país puede tener variaciones, existiendo servicios que pueden ser o no privados. En este caso, tendremos que pagar estos servicios y el gasto no será reembolsado.
Estos últimos casos ponen de manifiesto que contratar un seguro de viaje no es una mala opción en absoluto. Nunca sabemos qué nos puede pasar, pues los accidentes y las enfermedades llegan sin más. Así, pagar un servicio que nos cubra durante esos días es, sin lugar a dudas, una opción que hará que viajemos mucho más seguros.
Los seguros de viaje cuentan en su mayoría con seguros médicos que nos cubren la atención médica de emergencia, los gastos de hospitalización, medicación y análisis y la atención médica en caso de accidentes. Pero además, estos seguros médicos cubren la evacuación en caso de emergencias, la asistencia legal que necesitemos en un momento dado, la repatriación en caso de enfermedad, accidente o fallecimiento y la cobertura en caso de pérdida de equipaje o incluso cancelación de vuelos.
Estos seguros de viajes pueden contratarse en las agencias de viaje. Además, las tarjetas de crédito, muchas veces también incluyen este tipo de coberturas, sobre todo si pagamos los vuelos u hoteles. Finalmente, también podemos acudir a las empresas aseguradoras que trabajan en el área de salud.
En cuanto a los precios, variarán mucho dependiendo de las coberturas, pero generalmente suelen ser más económicos de lo que podemos imaginar ¿un gasto innecesario? Más bien una garantía de seguridad en nuestro viaje.
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