Pasear por los canales de Venecia sigue siendo una de esas experiencias que todo ser humano debería hacer una vez en su vida; y es que estamos ante una de las ciudades más románticas y hermosas del mundo. Un lugar mágico plagado de callejuelas, puentes y góndolas. Venecia es, sin lugar a dudas, uno de los grandes destinos dentro de Europa.
Situada al noreste de Italia, Venecia, conocida también como La Serenissima, cuenta con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, algo que desde luego no extraña ni lo más mínimo al observar imágenes de su encantador corazón urbano.
El turista novato que llega a Venecia debe saber que está ante una ciudad construida sobre un archipiélago. Sí, un archipiélago de nada más y nada menos que 118 pequeñas islas que se unen entre sí por centenares de puentes, para ser exactos unos 455, siempre que se incluya en esas islas la de Murano y Burano. Quizá sea esto lo que convierta a esta ciudad en algo único, increíble e inigualable, aunque en el resto de países se empeñen constantemente en hablar de sus propias venecias.
¿Qué ver en Venecia? La pregunta sería qué no ver en Venecia, pues lo cierto es que absolutamente todo es digno de mención. La ciudad en sí es un regalo para el turista, que se enamorará en el mismo instante en el que la pise.
Si bien es cierto que pasear por la ciudad es ya una maravilla, se pueden destacar ciertas visitas imprescindibles, como por ejemplo la del Gran Canal de Venecia. Se trata de un enorme canal que recorra la ciudad dividiéndola en dos. Tiene cuatro kilómetros de largo y paseando por él podremos ver de una lugares tan importantes como el Puente Rialto, el más encantador y antiguo de la ciudad; el puente de la Academia; el de los Descalzos; y el puente de la Constitución, el más moderno de toda Venecia creado por el arquitecto español Santiago Calatrava.
Nadie puede irse de Venecia sin pisar la Plaza de San Marcos, esto es así; y es que aunque tomar un café aquí sea prohibitivo, estaremos en el mismísimo corazón de la ciudad, en una plaza que mide 180 metros de largo por 70 de ancho y que fue construida a principios del siglo IX, ni más ni menos.
Dicen de ella que es una de las plazas más bonitas de Europa. Es más, el mismísimo Napoleón Bonaparte caería rendido a sus pies declarando que la misma era “El salón más bello de Europa”.
En esta plaza tenemos que abrir bien los ojos, pues encontraremos lugares importantes como la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, el Campanile o el Museo Correr, sin duda alguna las visitas más destacadas de Venecia. Además, tampoco debemos perdernos las conocidas como Columnas de San Marco y San Teodoro, o lo que es lo mismo, el lugar en el que se celebraban las ejecuciones públicas en la ciudad durante la Edad Media.
Finalmente es necesario destacar la Basílica de San Marcos, o lo que es lo mismo, el templo religioso más importante de toda la ciudad, y uno de los más importantes a nivel mundial. Este lugar se construyó para albergar el cuerpo de San Marcos, el cual viajaba desde Alejandría en el año 828. Tiene más de 4.000 m2 de mosaicos así como 500 columnas del siglo III, por lo que podemos entender que estamos ante una verdadera obra de arte arquitectónica que merece la pena ser visitada.
Pasar un fin de semana en esta ciudad puede ser uno de los planes más románticos que podamos planear con nuestra pareja. Hoteles hay muchísimos, así pues, el alojamiento no será para nada un problema. Podemos destacar, por ejemplo, el Hotel Le Boluevard, un lujoso 4 estrellas ubicado en Venecia Lido, a tan sólo 10 minutos de la ciudad.
Alojarnos fuera del centro hará que el precio del alojamiento disminuya considerablemente. No obstante, si queremos dormir en el centro de Venecia, podemos alojarnos en hoteles como el Albergo San Marco, un establecimiento de 3 estrellas a tan sólo 10 minutos andando del Puente Rialto.