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Viajar a Cinque Terre

Se conoce como Cinque Terre a una porción de costa formada por cinco pueblos en la provincia de La Spezia, Italia. Un lugar bañado por las aguas del mar de Liguria que llama la atención por sus características geográficas; estas, han conseguido que durante años, poco a poco, se forme uno de sus principales atractivos, un paisaje montañoso constituido por distintos estratos o “terrazas”. Así, los cinco pueblos (Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore) se encaraman a la roca formando un paisaje inusual y bello para el turista.

Esta belleza no ha pasado desapercibida, y quizá por ello, en 1997, Las Cinque Terre, junto con Portovenere y las islas Palmaria, Tino y Tinetto, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad. Desde entonces, el turismo ha crecido bastante, y es uno de los lugares más ansiados de las costas italianas.

Los pueblos son preciosos y pintorescos, pero lo mejor de todo es que están rodeados de un entorno natural completamente protegido al que sólo se puede llegar con tren, barco o caminando por senderos que los conectan.

Cómo llegar a Cinque Terre

La forma más fácil de acceder a esta ruta es volando hasta Pisa o Génova. En ambas ciudades hay aeropuertos internacionales con muchas conexiones con otras ciudades y países del mundo.

Una vez en Pisa o Génova, tendrás que llegar a La Spezia. Puedes hacerlo en autobús, pero una manera rápida y pintoresca es haciéndolo a través del tren. Ya en La Spezia, deberás tomar el tren local que te lleva a las Cinco Tierras.

Un buen consejo en este punto es hacerse con la Cinque Terre Card: hay una modalidad que te permite recorrer los senderos, tener servicio wi-fi en las estaciones de tren y usar el servicio de autobús que conectan los pueblos costeros entre sí y los de montaña. Además, esta tarjeta también incluye la entrada de algunos monumentos.

Qué ver en Cinque Terre

El principal atractivo de esta zona de Italia es, sin duda, recorrer el Parque Nacional y los cinco pueblos. El primero que encontrarás cuando vengas de La Spezia es Riomaggiore.

Riomaggiore

En este pintoresco pueblo, además de sus coloridas casas que parecen precipitarse al mar, podrás visitar lugares como la iglesia de San Giovanni Battista (1340), la iglesia parroquial Natività di Maria Vergine, y el oratorio de los Disciplinati della Santissima Anunziata.

Riomaggiore

Manarola

El segundo pueblo de sur a norte es Manarola. Es un pueblo completamente encastrado en la roca. Dicen que es el más romántico de los cinco, y razones no faltan. Al bajar del tren podrás atravesar las montañas por un túnel y llegar a las sinuosas y estrechas calles de la localidad. Allí, casas de poca altura pintadas en colores llamativos te sorprenderán, siendo esta una de las características más comunes de los cinco pueblos.

Los puntos más interesantes de Manarola son la iglesia parroquial de San Lorenzo (1338), la Torre de la campana, las ruinas de la fortaleza y el baluarte del siglo XVI.

Manarola

Corniglia

La siguiente parada, el tercer pueblo de sur a norte, es Corniglia. Es el único pueblo de los cinco que no tiene acceso al mar, y falta no le hace, pues su  encanto reside en estar ubicado a unos 100 metros sobre el nivel del mar, vamos, vistas aseguradas. Para llegar, eso sí, tendrás que subir los 377 peldaños de la escalera que conducen al centro del pueblo.

No te pierdas las ruinas del Castillo de Corniglia que datan del siglo XVI. Tampoco debes perderte el oratorio de Santa Catalina o el mirador de la via Fieschi, con unas vistas impresionantes sobre el mar y el parque.

Corniglia

Vernazza

Es hora de llegar a Vernazza, el cuarto pueblo de sur a norte. Es el más pintoresco de todos. Un pueblo de pescadores que desemboca en una plaza junto a un pequeño puerto.

Entre sus puntos de interés, destacan la iglesia parroquial de Santa Margarita de Antiochia, la fortaleza construida en 1080, Y el Belforte, una muralla con torres defensivas.

Vernazza

Monterrosso

La visita de los cinco pueblos termina en Monterrosso al Mare. Debes caminar un poco y atravesar un túnel para llegar a la parte antigua. Quizá no sea el pueblo más bonito de todos, pero las callejuelas del centro histórico tienen encanto para dar y regalar.

Entre los puntos más interesantes se puede destacar la iglesia de San Giovanni Battista, el Monasterio de los Capuchinos o la iglesia de San Francisco. También la fortaleza, la torre Aurora, la villa Montale o la estatua del Gigante.

Monterosso

En definitiva, recorrer Cinque Terre es hacer un viaje por el tiempo, un recorrido por un lugar magicamente labrado por la Naturaleza,  fielmente reconocido por la Unesco como lo que realmente es, un patrimonio único en el Mundo.

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