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Qué ver en Trieste

En el norte de Italia hay muchos lugares interesantes para visitar. Trieste, por ejemplo, es una ciudad que suele pasar inadvertida, pero que cuenta con un sinfín de visitas turísticas y rincones encantadores.

Lugares que podemos ver en Trieste

Cuenta con varias zonas como la parte alta de la ciudad. A ella se accede a través de las escalinatas de la colina de San Giusto. Se trata, además, de la parte más antigua. Un lugar en el que las vistas son una auténtica preciosidad.

En esta zona de Trieste podrás visitar muchos monumentos y lugares de interés, como por ejemplo la plaza de la catedral. Esta plaza, además de contar con los restos de una antigua basílica romana, da cobijo a una gran columna veneciana del siglo XVI, un altar y la catedral de San Giusto.

La Catedral de San Giusto fue construida sobre los restos de una antigua iglesia. Además, hay que destacar que esta catedral es en sí la unión de dos iglesias. Por un lado, la propia catedral, por otro, la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación. Destacar el gran rosetón y sus mosaicos de los siglos XII y XIII.

En esta gran colina, justo en la parte más alta, está el Castillo de San Giusto. La fortaleza es, sin lugar a dudas, el símbolo absoluto de la ciudad. En su interior, un museo con mobiliario y objetos de interés de los siglos XV y XVI que merece una visita.

No te olvides de visitar la Iglesia de Santa María la Maggiore y de San Silvestro. Santa María la Maggiore es una iglesia preciosa en estilo neoclásico. Fue construida en el siglo XVII, y en su interior, entre otros, encontramos cuadros de pintores italianos de la talla de Sassoferrato y de Giuseppe Bernardino.

Destacable es, también, el arco de Riccardo. Se trata de los restos de un arco triunfal romano del siglo I. Dicen que su nombre es en honor a Ricardo Corazón de León.

Es momento de ir a la parte baja de la ciudad. Aquí, encontrarás el teatro romano. Está a los pies de la iglesia de Santa María Maggiore y de San Silvestro. Su estado de conservación permite que a día de hoy se puedan realizar diferentes representaciones.

Déjate caer por la plaza de la Unidad. Es conocida también como la plaza de la unificación. Está cerrada por tres lados y cuenta con una salida directa al mar. Construida en el siglo XIX, en ella se encuentran varios edificios importantes. Podrás ver la casa Stratti, el Palacio del Gobierno y el Palacio Lloyd. En el centro de la plaza está, además, la fuente de los cuatro continentes.

También es interesante la plaza y edificio de la Bolsa. El edificio en sí fue construido en 1806 y es actualmente la sede de la Cámara de Comercio de la ciudad. Es también una plaza muy animada, en la que muchas veces se organizan actuaciones musicales.

James Joyce pasó algunos años de su vida en esta ciudad. Trieste le guarda mucho cariño a este escritor irlandés, así, no es raro ver muchas referencias a su persona. Hay un museo dedicado a él y una estatua suya al lado del Gran Canal. Es más, se dice que Joyce se inspiró en los marineros de la ciudad para su gran obra “Ulises”.

El Gran Canal es imprescindible en nuestra visita a Trieste. Es un lugar que se debe recorrer con calma. Uno de los mejores lugares para apreciar las puestas de sol. Hay un sinfín de botes amarrados que crean un paisaje de gran belleza. Además, también cuenta con muchos locales para poder tomar algo mientras disfrutamos de las vistas.

Por último, destacar también el Castillo de Miramare. Está a las afueras de Trieste, pero merece la pena verlo. Fue la residencia de Maximiliano de Habsburgo. La visita al castillo es interesantísima, y, además, perderse por sus jardines es una verdadera maravilla. Como dato extra, recuerda que las inmediaciones del castillo son reserva natural, por lo que el entorno no puede ser más espectacular.

No podemos dejar Trieste sin probar el espresso. Trieste es la cuna del café de alta calidad. La historia lo dice, pues fue aquí donde se inventó la primera cafetera espresso del mundo allá por los años 30 del siglo pasado. Desde entonces, tomar café es casi un culto que se celebra aquí con parsimonia y estilo. En la Illyteca podrás comprar algunos de estos exquisitos café, o tomarlo tranquilo en el café Tommaseo, o mejor aún, pasear por la vía peatonal de San Nicolo, un lugar clásico de reunión para gente de todas las edades, em una ciudad elegante, pero al mismo tiempo joven y llena de vida.

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