En Edimburgo hay mucho para ver. Además de museos, monumentos y castillos, esta ciudad cuenta con un patrimonio religioso bastante espectacular. Así pues, una de las rutas más interesantes que puede hacer el turista aquí, es la de las iglesias y templos de Edimburgo.
El templo más importante de la ciudad es la Catedral de St Giles. Comúnmente conocida como High Kirk of Edinburgh (Gran Iglesia de Edimburgo), se trata de una preciosa catedral en la que sobresale una gran cúpula en forma de corona real. Es, además, la iglesia madre del presbiterianismo y de la iglesia de Escocia, por lo que históricamente es un lugar de lo más destacado. Para ser sinceros, no tiene el título de catedral pues en la iglesia de Escocia no se reconocen como tal, pero antiguamente si ostentó este título.
En su interior, hay que visitar la Capilla Thistle. Es una de las capillas más antiguas de la ciudad, siendo además la capilla de la Muy Noble Orden del Cardo, la orden de caballería más distinguida de Escocia. Destacan los tallados y pinturas con gran detalle, así como una figura que representa a un ángel tocando una gaita.
Esta ruta debe continuar por la visita de la Iglesia de Canongate. Fue construida en el año 1688 y su misión no era otra que la de recoger a los fieles que eran expulsados de la Abadía de Holyrood.
Su interior destaca por la sencillez decorativa, sin cuadros, sin estatuas y con unos bancos pintados de color azul claro que llaman poderosamente la atención del visitante. Quizá por el contraste que provocan sobre la gran alfombra granate que cubre toda la planta.
La pequeña capilla de Santa Margarita, ubicada en el Castillo de Edimburgo, es otro de esos templos religiosos que merecen la pena. Fue construida en memoria de la madre de David I y destaca, entre otras cosas, por ser el edificio más antiguo de toda la ciudad.
Otro de los edificios más antiguos de la ciudad es la conocida como la Iglesia de Greyfriars. Fue construida nada más y nada menos que entre 1602 y 1620. Los locales la conocen como “La cárcel de Greyfriars”; y es que, al parecer, este lugar está envuelto en una historia un tanto turbulenta en la que 1.200 religiosos presbiteriano fueron encarcelados en ella durante un tiempo a la espera de un juicio.
La iglesia de Tolbooth, no es de la más antiguas, pero cuenta con una hermosísima fachada gótica y una destacable aguja octogonal de hasta 74 metros. Es, por este motivo, el edificio más alto de la ciudad. Cabe destacar que, en la actualidad, esta iglesia no cuenta con oficio alguno; y es que dejó de funcionar como tal desde 1984. No obstante, en 1999 el Ayuntamiento se encargó de restaurarla y abrirla como un centro de información y venta de entradas.
Destaca también la conocida como Tron Kirk. Fue una iglesia construida en el siglo XVII. Su historia no es demasiado alegre, pues en 1824 sufrió un gran incendio que destruyó su campanario. La buena noticia es que fue reconstruido completamente de una forma tan precisa que no se notaba en absoluto la diferencia entre el antiguo y el nuevo. La mala noticia es que en 1958 las puertas de la iglesia se cerraron. Fue vaciada y actualmente permanece cerrada al público. No obstante, se puede apreciar su fachada sin problema alguno.
Tras esta agotadora ruta, quizá queramos descansar en nuestro hotel. Todo sea dicho, en Edimburgo la oferta hotelera es realmente interesante, con establecimientos con muy buenas críticas como por ejemplo el Hotel Ibis Edinburgh South Bridge, un establecimiento de 3 estrellas situado en el centro de la ciudad vieja, muy cerca del centro histórico de la ciudad y a un corto y agradable paseo de lugares como el castillo de Edimburgo.
¿Tienes ganas de más? Prueba suerte con la ruta de cementerios de la ciudad. Sí, en Edimburgo hay varios cementerios, a cuál más espectacular. Visita alguno de ellos, como el Greifriars Kirkyard, el de Canongate, con personajes ilustres como Adam Smith, o el Old Calton Cementery, con tumbas tan destacadas como la del filósofo David Hume.
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