El Bosque Sumergido en la Patagonia
Hay lugares increíbles de esos que cortan la respiración. Rincones inolvidables cuya experiencia deja en nosotros un poso aventurero del que no logramos despegarnos nunca. ¿Cuál es para vosotros el viaje más sorprendente que hayáis hecho?, ¿cuál fue esa ciudad o ese paisaje del que no paráis de hablar y recomendar a vuestros amigos?
Estoy convencido que los que hayan tenido la oportunidad de asomarse al Bosque Sumergido de la Patagonia no olvidarán nunca la experiencia. Para ellos seguro que este viaje será por siempre el que no puedan parar de mencionar y recomendar a sus amigos. Un paisaje de ensueño, como si de otro mundo se tratase (en realidad se trata de otro, el submarino, el que se escapa a nuestra vista), una aventura única para los que amáis perderos en las profundidades del mar.
Nos situamos. Estamos en el Lago Traful, un lago situado en el interior del Parque Nacional Nahuel Huapi en la provincia de Neuquén, en Argentina. Se trata de un lago de agua dulce cuya profundidad máxima es de 300 metros y que aparece rodeado de hermosos acantilados (cuenta con algunos miradores, entre ellos el Mirador del Viento, para contemplar una maravillosa naturaleza) y pequeñas playas en la desembocadura en las que darnos un chapuzón e incluso acampar.
Pero el gran reclamo de este lago es un secreto, una joya sumergida desde 1960 a consecuencia de un terremoto. De tal magnitud fue el seísmo que una de las laderas boscosas que se situaban en torno al lago se derramó por completo sobre las aguas con el consiguiente corrimiento de tierra. Como si de una mudanza de la naturaleza se tratara, ahora ese bosque vive sumergido en las profundidades del lago a unos treinta metros de la superficie.
Dentro de la provincia de Neuquén hay muchas ciudades que ofrecen la posibilidad de hacer un pequeño crucero por el lago y bucear hasta el Bosque Sumergido. Algunos de los árboles hundidos son tan enormes que sus ramas sobresalen del rostro del agua, como en un vano intento de volver al lugar en el que crecieron. Son más de cincuenta cipreses que duermen el sueño eterno para el efecto nostálgico y tranquilizador del lago.
Hay que tener en cuenta que para bucear en busca de este bosque sumergido se necesita experiencia previa de submarinismo e ir acompañado de buzos profesionales. Si no contáis con ella podéis dar una vuelta en bote para ver el bosque desde la superficie. La vista como podréis imaginar no es la misma pero es todo un espectáculo ver a través del espejo cristalino del agua la gran cantidad de cipreses que crecen allá abajo, como si hubieran nacido de las profundidades.
Las oficinas de turismo de Neuquén recomiendan hacer la excursión y la inmersión por la mañana temprano, aprovechando la claridad del día para tener la mejor visión del bosque, tanto dentro de las aguas como sobre ellas. Un ejército de peces se mueven alrededor de los árboles para darle un escenario mucho más espectacular. Los que bucean aseguran que tienen la sensación de estar volando cuando se mueven entre los árboles.
Los árboles están completamente secos. Sus ramas desnudas juguetean entre ellas, provocando formas sinuosas en el agua. La corteza gris de cada uno de ellos, casi despegada por la erosión del agua, acentúa el carácter misterioso de este lugar.
Resulta increíble comprobar cómo la Patagonia es uno de los pocos rincones del mundo que ofrece sus joyas naturales tanto a simple vista como ocultas. Un escenario que para muchos será una de las mayores experiencias de sus vidas. Este Bosque Sumergido es uno de sus grandes secretos. ¿Queréis convertirlo en vuestro viaje más inolvidable?
Foto Vía: xixerone.com