Qué ver fuera de Praga sin caer en Karlovy Vary
Praga es una de las ciudades más visitadas de Europa. Su imponente arquitectura gótica, así como el encanto de cada una de sus calles y plazas, hacen que sea el destino de millones de turistas al año. No obstante, para ser sinceros, Praga se ve en pocos días. Quizá dos jornadas sean suficientes para admirar todos o gran parte de sus secretos mejor guardados ¿Qué hacer en estancias más largas en Praga? No desesperes, hay muchas opciones.
Sí, tienes la típica excursión a Karlovy Vary, que suele ser el segundo destino favorito por los turistas al alojarse en Praga. No obstante, esta ciudad balneario no es, ni de lejos, la única atracción fuera de los límites de la ciudad. Te acercamos algunas ideas que te vendrán muy pero que muy bien en tu viaje a Praga.
Si eres de los que disfruta con los castillos, te recomendamos dos. El primero es el Castillo de Karlstejn, a tan sólo 32 kilómetros de la capital. Una gran fortaleza de estilo gótico construida en el año 1348 por encargo de Carlos IV, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia.
Situado majestuosamente sobre una colina, este castillo cuenta con un sinfín de tesoros reales, siendo uno de los castillos más visitados del país.
A poco más de 50 km tienes también el castillo de Krivoklat, otra fortaleza de estilo gótico en el que podemos destacar su torre mayor, de unos 59 metros de altura, con unas vistas panorámicas sobre la zona que realmente impresionan.
Castillo de Krivoklat
Otra visita interesante es la del Memorial de Terezin. Está a unos 62 kilómetros al noroeste de Praga y se sitúa en lo que fue uno de los campos de concentración nazi más grandes de la zona durante la Segunda Guerra Mundial. Sin duda una escapada sobrecogedora que no dejará indiferente a nadie.
Debes recordar que no es un campo de exterminio, es un campo de concentración. Muchos judíos murieron aquí, y otros tantos fueron enviados a campos de exterminio. En su interior, encontrarás la fortaleza grande y la pequeña. La primera era un guetto judío, la segunda, el campo de concentración en sí. En la segunda verás barracones, patios, celdas y otras habitaciones.
A unas dos horas de Praga encontramos Cesky Krumlov. Si quieres ver un pueblo medieval en estado puro, esta es tu excursión, no hay duda. Sí, es verdad que no está a tiro de piedra de Praga, pero merece completamente la pena. No hay que olvidar que el centro de este pueblo, incluyendo su castillo, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, algo que ya nos adelanta la magnitud de la belleza del lugar.
Edificios puntiagudos, tejados coloridos, calles adoquinadas y callejones estrechos. Un sinfín de rincones maravillosos que se complementan con bares y restaurantes en los que probar lo mejor de esta parte del país.
Cesky Krumlov
Finalmente, un poquito más cerca, a unos 85 kilómetros de Praga, encontramos Kutná Hora. Se trata de una hermosa ciudad cuyo origen hay que buscarlo en las minas de plata que hay en su cercanía. Un lugar que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; y es que la lista de patrimonio es realmente amplia, destacando la Iglesia de Santa Bárbara y la Catedral de Nuestra Señora en Sedlec.
Si hemos terminado de convencerte para hacer esa escapada a Praga pero no tienes claro el tema del alojamiento, no te preocupes. Podemos decir que la oferta hotelera de Praga es una de las mejores de esta parte de Europa.
Encontrarás hoteles a la altura del Hotel Eurostars Thalia, un establecimiento de 5 estrellas alojado en un edificio clásico de gran elegancia en pleno corazón de la ciudad. El palacete decimonónico en el que se ubica, está frente al Teatro Nacional, a orillas del río Moldava, una ubicación privilegiada para recorrer todos los rincones de la ciudad sin andar ni desplazarnos demasiado.