Bellezas húngaras: fortalezas, volcanes y vinos
Hungría es un país rodeado por los Alpes Dináricos. En su variada geografía tenemos muchas cosas para conocer, y mil excusas para buscarnos un hotel en Budapest que nos sirve de base de operaciones para recorrer. Por ejemplo:
A unos 40 kilómetros al norte de Budapest, el curso del río Danubio cambia bruscamente de dirección para iniciar un descenso hacia el sur del país. El río divide en dos regiones muy claras: la Gran Llanura al este, territorio bajo y ondulado, y Transdanubia, al oeste, con gran variedad de paisajes.
En este punto, frente al Danubio, se encuentra la ciudadela de Visegrad que se eleva sobre un promontorio nacido en medio de una zona boscosa típica del norte de Hungría. Esta fortaleza del siglo XIV es un importante centro turístico debido a sus hermosas vistas y también al original palacio que esconde en su interior: se construyó en el siglo XV por orden del Rey Matthias Corvinus. En la misma ciudadela encontramos la Torre de Salomón y la torre de Agua, agrupando los edificios en forma amurallada, dándole un carácter defensivo.
En Hungría encontrarás mas de 1.200 lagos de aguas de montaña, y algunos de época glaciar. Sobre la costa del Lago Batalán, por ejemplo, se encuentra el volcán Badacsony, hoy ya extinguido, pero que muestra unas impresionantes formaciones de lava en su cima. Sus tierras, de excepcional fertilidad gracias a su pasado volcánico, están sembradas con las viñas de los famosos y riquísimos vinos blancos Badacsony.
A la belleza de la capital, que podrás ver desde la ventana de cualquier hotel en Budapest, súmale un recorrido por el interior húngaro para descubrir éstas y otras sorpresas.