Descubre Ibiza en Invierno
En invierno los destinos con nieve son sin duda alguna los ganadores. No obstante, no a todo el mundo le gustan los deportes blancos o los paisajes nevados ¿Qué os parecería disfrutar de un paraíso estival en invierno? Diferente ¿verdad? Sí, diferente, que no peor o menos bueno. Ibiza es un buen ejemplo; y es que esta isla, plagada de fiesta durante los meses de verano, se convierte en un auténtico remanso de paz a partir de octubre y noviembre. Un lugar estupendo en el que conectar con la naturaleza, pues otra cosa no, pero naturaleza, aquí en Ibiza, hay para aburrir.
Es por tanto un buen destino para desconectar. Un destino estupendo para andar, admirar y respirar aire puro. Además, hay que destacar que el tiempo tampoco es extremadamente malo. El sol no se va del todo y las temperaturas son agradables, por lo que tomar una cervecita en alguna terraza a medio día es posible. Es cierto que por la noche las temperaturas bajan un poco y la humedad es bastante alta, pero si nos pasamos el día caminando y viendo cosas seguramente por la noche agradeceremos llegar a la cama y dormir calentitos.
Aunque la isla no es demasiado grande, se agradece alquilar un coche, algo completamente imprescindible para llegar a los lugares más recónditos y bellos. No obstante, debemos saber que la oferta de alquileres de coche en invierno es mucho mejor. La isla está más vacía, y los turistas no atestan sus pueblos, por lo que el precio de estos alquileres baja considerablemente. Algo parecido sucede con los hoteles, una excelente noticia. Es verdad que muchos permanecen cerrados en invierno, pues no compensa la bajada de turistas. No obstante, es posible encontrar hoteles en Ibiza durante estos meses y encima a precios espectaculares. Incluso algunos días disfrutar de sus piscinas, así que no te pierdas nuestro artículo de hoteles con toboganes en Ibiza.
¿Qué podemos ver en Ibiza durante el invierno? Pues podemos, por ejemplo, hacer una ruta por sus pueblos blancos. Pueblos como Santa Gertrudis, San Carlos, Es Cubells o San Josep. Son pueblos pequeñitos, y algunos cuentan con poca vida durante invierno, pero eso no será un problema para empaparnos del encanto de sus calles y plazas. Así, una buena opción es dejarnos caer por Santa Gertrudis de Fruteira, un pueblo situado en el centro de la isla. Cuenta con una bonita plaza en la que se alojan varias terracitas llenas en verano y mucho más tranquilas en invierno. Además cuenta con una bonita iglesia del siglo XIII que también podremos admirar.
Además de todos estos pueblecitos, también es imprescindible conocer a fondo Eivissa, la capital de la isla. Es una ciudad con muchísima historia, así pues, incluso en invierno tendremos motivos más que suficientes para visitarla.
Podemos destacar su catedral, un precioso templo del siglo XIV, pero también las murallas renacentistas del siglo XVI que protegían la urbe de los piratas y que están incluidas en el conjunto histórico artístico de Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
En otro orden también está el Palacio Episcopal, el ayuntamiento o el imponente castillo que domina la ciudad. Para los amantes de las ruinas, no olvidar la necrópolis púnica, que es la más importante del Mediterráneo. Por último, su puerto, que es un precioso puerto que está activo nada más y nada menos que desde la época fenicia.
Y como todo no son pueblos, en Ibiza debería ser un pecado no disfrutar de sus playas, incluso en invierno; y es que las calas de Ibiza son un espectáculo natural, casi mayor en estas fechas en las que los bañistas no atestan su arena. Relájate mirando el mar, recorriendo sus costas, observando sus aguas limpias y cristalinas y disfrutando de la calma de lugares como playa de Salinas, Aguas Blancas o Cala Saladeta.
Las rutas de senderismo fascinarán a los turistas más andarines. Las temperaturas son más frescas que en verano, por lo que las salidas no serán tan agotadoras. Podrás recorrer un sinfín de caminos andando, pero también en bici. Alquila una y recorre parte de la isla integrándote en el paisaje.
Finalmente no te olvides de que aquí los atardeceres son mágicos. Muchos aseguran que las puestas de sol ibicencas son más bonitas en invierno que en verano. Anímate a descubrirlo y disfruta de este espectáculo.