Rutas por Europa

Viaje a la encantadora Rothenburg

Rothenburg

Alemania cuenta con pueblos realmente encantadores. Lugares que parecen sacados de un auténtico cuento de hadas. Un ejemplo de estos lugares de ensueño es la ciudad de Rothenburg, en el distrito de Ansbach, Baviera, un lugar con tanto encanto que nos enamorará al instante.

Esta ciudad que hasta 1803 fue conocida como una Ciudad Imperial Libre, es hoy por hoy uno de los puntos turísticos más importantes del país; y es que son muchos los turistas que se acercan a ella, tanto en invierno como en verano, siendo además uno de los destinos más románticos de toda Alemania.

Las atracciones en esta ciudad son muchas y variadas, no obstante, no podemos negar que su magia se vive mejor andando sin rumbo por el casco antiguo, deambulando por sus empedradas calles y disfrutando de cada uno de sus edificios.

Una excelente forma de comenzar a visitar esta ciudad es pasando por la Gallow Gate, o lo que es lo mismo, la antigua puerta de entrada a la ciudad. Al atravesarla, estaremos introduciéndonos en la parte más bella de Rothenburg, un casco antiguo repleto de edificios interesantes así como otros monumentos como las magníficas murallas del siglo XIV, las cuales todavía se conservan. Un centro histórico que nos remonta al medievo de tal forma que parece que estemos en el decorado de una película o en un cuento de hadas.

Uno de los lugares más conocidos de la ciudad es Plönlein. Se trata de una pequeña plaza triangular desde la cual tendremos vistas sobre dos de las torres de la ciudad, Siesbersturm y Kobolzeller Tor. Ambas torres forman parte del patrimonio histórico de la ciudad, y fueron levantadas nada más y nada menos que en el siglo XIV.

Otro de los lugares más visitados de Rothenburg es la Plaza del Mercado. Es la plaza principal, un lugar lleno de vida, cafés, restaurantes y muchas tiendas en las que comprar regalos para nuestros amigos y familiares. Asimismo, en esta plaza encontramos el precioso Ayuntamiento con su torre, a la cual podremos subir para disfrutar de las panorámicas más hermosas de la ciudad, eso sí, se trata de un ascenso tortuoso para las personas que tengan miedo a los lugares angostos.

Rothenburg tenía un castillo, pero desgraciadamente desapareció allá por el siglo XIV tras un fuerte terremoto. No obstante, el lugar en el que se asentaba se ha convertido en un extenso jardín. Podremos pasear embriagándonos con la belleza de sus plantas y la tranquilidad que se respira en cada uno de sus rincones.

En cuanto a museos, os recomendamos el Museo de la Tortura. No es un museo de la tortura cualquiera; y es que esta ciudad puede estar orgullosa de contar con uno de los museos más importantes de esta temática en toda Europa. Evidentemente no es apto para personas aprensivas, pues observaremos, entre otros, infinitos instrumentos de tortura y escarnio tales como potros, sillas o sarcófagos creados y usados desde el siglo XII hasta el siglo XIX.

Por último, para los amantes de los templos religiosos, os recomendamos la visita de St Jakobskirche, la iglesia de San Jacobo o Santiago. Es el templo más antiguo y grande de la ciudad, construido entre 1311 y 1485. Destaca, además de por su antigüedad, por las dos grandes torres góticas del exterior y el Altar de la Santa Sangre en su interior.

En cuanto al alojamiento, lo cierto es que Rothenburg cuenta con una oferta amplia y de calidad, como es de esperar en una ciudad tan turística como esta. Así, destacamos por ejemplo el Hotel Prinzhotel Rothenburg, un establecimiento de 4 estrellas con 4 plantas y unas 52 habitaciones.

Está ubicado en el centro de la ciudad, dentro de la muralla de la misma, a pocos metros de la Puerta de Roede y a menos de 100 metros del transporte público.

En cuanto a las habitaciones, están decoradas y amuebladas con muchísimo gusto. Asimismo, cuentan con baño completo y privado, nevera, minibar y teléfono de línea directa, entre otras cosas.

Por último, también destacamos el Hotel Rappen Rothenburg ob der Tauber, un establecimiento de 3 estrella ubicado al lado de una de las entradas al centro amurallado.

Las habitaciones, realmente completas, cuentan con baño privado, minibar, nevera y teléfono directo, entre otros.

Foto vía: jacobsurland