La mejor guía para conocer Cork
Cork es una ciudad irlandesa de esas que enamoran. Levantada sobre el río Lee, Cork es la segunda ciudad más poblada del país, después de Dublín, la capital de Irlanda, y la tercera de la isla. Por tanto, podemos apreciar que se trata de un gran centro económico, pero también turístico.
¿Cómo puedo llegar a Cork?
Sin duda alguna, la mejor forma de llegar a Cork es volando directamente al Aeropuerto de Cork. No obstante, si las conexiones con otras ciudades son mejores, podrías volar a aeropuertos como el de Dublín, el Aeropuerto Internacional de Shannon o el Aeropuerto de Galway y luego tomar un autobús o tren hasta la ciudad.
¿Cómo es el clima en Cork?
Debemos tener en cuenta la cercanía de la ciudad con la costa. Esto hace que el clima en Cork sea suave y moderado. No cuenta con temperaturas extremas, ni en invierno ni en verano. En invierno no suele bajar de los 0º. En verano, no es frecuente ver temperaturas más allá de los 25ºC. Ahora bien, llover llueve, y mucho. Las lluvias son constantes en la ciudad, sobre todo en invierno. En verano puedes encontrarte con al menos diez días de lluvia entre julio y agosto.
¿Cómo son los transportes en Cork?
Ante todo, no te preocupes, Cork es una ciudad muy sencilla que podrás recorrer sin problemas andando. También hay posibilidad de hacerlo en bicicleta, aunque para ello deberás salvar las cuestas, que son numerosas. Aún así, la ciudad tiene una amplia red de autobuses urbanos que conectan el centro con los barrios de la periferia por si al buscar alojamiento en Cork has decidido hacerlo fuera del centro turístico.
¿Qué puedo comer en Cork?
La gastronomía en Cork también está marcada por su cercanía a la costa. Así, en los restaurantes de esta ciudad, podrás pedir pescados frescos y marisco. No te olvides de sus quesos, una auténtica delicia. Puedes escoger entre el queso Gubbeen o Durrus, por ejemplo. Para regar la comida, nada mejor que una pinta de Guinness.
¿Qué puedes ver en Cork?
Las visitas en Cork son muchas y variadas. Puedes visitar el Mercado Inglés de Cork, un mercado creado en 1788. Este lugar ha sobrevivido a incendios, guerras civiles e incluso proyectos que querían hacer de él un aparcamiento. Hoy es un rincón gastronómico que te permitirá descubrir olores, colores y sabores de la tierra.
Otra visita imprescindible es la cárcel de la ciudad de Cork. Es realmente espectacular por su arquitectura gótica y clásica. Parece más un castillo que una prisión. Un tour por sus celdas y pasillos te harán retroceder en el tiempo.
La Galería Municipal de Arte Crawford esta ubicada en el antiguo edificio de la Aduana de Cork. Cuenta con una colección permanente, con piezas como la serie de moldes grecorromanos obtenidos de esculturas del Vaticano. Alrededor, un montón de arte irlandés con cuadros y esculturas.
Visita también el Fuerte Elizabeth. Fue construido en 1624 y cuentan que Oliver Cromwell añadió mejoras en el mismo cuando sitió la ciudad. Pasear por sus murallas es una de las mejores partes, pues puedes ver unas vistas privilegiadas sobre la ciudad.
Entra en la hermosa Catedral de San Finbar. Un ejemplo del neogótico francés, fue terminada en el siglo XIX, ni más ni menos. Destacan sus hermosas vidrieras, su ornamentado órgano y las cabezas talladas en piedra del siglo XII.
¿Qué excursiones puedo hacer desde Cork?
Hay muchas excursiones interesantes desde esta ciudad. La más demandada es la del Castillo de Blarney. Está a tan solo 10 kilómetros al noroeste de la ciudad, por lo que llegar no costará demasiado. Se trata de una fortaleza construida en el siglo XIII. Allí, entre otros, podrás ver la piedra Blarney: dicen que, al besarla, uno recibe el don de la elocuencia.
Otra excursión interesante es Kinsale. Está a 25 kilómetros de Cork. Se trata de un precioso pueblo portuario que tiene mil casitas de colores y un ambiente acogedor.
Que Irlanda es un país de cuento, de leyendas y hadas, nadie lo duda. Su belleza verde es inigualable, y Cork, como buena irlandesa, no se queda atrás. ¡La disfrutarás!