Qué ver en Bruselas en 2 días
Bruselas, capital de Bélgica, es una ciudad cargada de atractivos, de visitas interesantes, entre ellas a fascinantes museos, y de rutas en las que disfrutar de la mejor cerveza y el más exquisito chocolate. A esto se une que es una ciudad accesible que podemos ver fácilmente ya que es posible visitar Bruselas en dos días. Hoy te mostramos un itinerario con el que podrás comprobar que es posible.
Primer día en Bruselas
El primer día lo podemos emplear en una visita por las zonas más céntricas, reservando así el segundo para aquellas ubicaciones que están más lejos del corazón de la ciudad. Así, la primera localización sería la Grand Place.
La Grand Place de Bruselas es uno de los lugares más conocidos y visitados de la ciudad. Lo mejor es estar allí a primera hora de la mañana, para no encontrarse con tantos turistas y obtener unas fotos estupendas. Aprecia cada uno de sus edificios históricos, como el Hotel de Ville, Le Piegeon, la Maison des Ducs de Brabant y las casas de los gremios, entre otros.
Cerca está el edificio de la Bolsa, que es uno de los más impresionantes de la ciudad.
La siguiente visita debe ser a uno de los símbolos de Bruselas, el Manneken Pis. Se trata de una pequeña estatua de bronce que representa un niño orinando. Llama la atención por la tradición de vestirlo con diferentes trajes venidos de todo el mundo. Si quieres ver parte de estos atuendos puedes visitar la Maison du Roi, donde puedes ver muchos de los que ha llevado.
Durante esta jornada tendremos también ocasión de visitar el Palacio de Justicia, un lugar elegante e imponente que se ubica en el barrio del Sablon. Se puede entrar gratis, y merece la pena para poder ver su vestíbulo de más de 100 metros de altura.
Descubre también la iglesia gótica de Notre Dame du Sablon, un lugar hermoso que destaca por el púlpito de madera y sus enormes vidrieras. Además, este barrio cuenta con algunas de las chocolaterías más destacadas de la ciudad.
Después de reponer fuerzas, ya por la tarde, se puede comenzar por el Parque de Bruselas. Para llegar, busca la ruta que pasa por delante del Old England, un edificio Art Nouveau realmente bonito que, además, aloja el Museo de Instrumentos Musicales. Cuando llegues al parque encontrarás el Palacio Real, el lugar que, durante mucho tiempo, fue residencia de los reyes belgas. Si quieres visitar su interior hay que ir en verano, que es cuando está abierto al público.
En esta primera jornada aún hay tiempo para ver la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, en un estilo gótico en su interior, propio del siglo XIII, y un púlpito tallado en madera causa verdadero asombro en quien lo visita. A apenas 200 metros tienes la Galería Saint Hubbert, ricamente adornadas, y con algunas tiendas de más de un siglo de antigüedad.
Segundo día en Bruselas
Este segundo día vamos a invertirlo en ver los puntos más alejados del centro, y también en recorrer la popular ruta del cómic. En esta ruta podrás ver varias fachadas de la ciudad con murales de los cómics belgas más famosos: Tintín, El pequeño Spirou, Lucky Luke o Astérix y Obélix. Antes de recorrerla (hay tres rutas diferentes), puedes ir a la oficina de turismo más cercana para poder escoger bien cuál hacer o cómo combinarlas para hacerlas todas.
Es hora de visitar el Parlamento Europeo. Para llegar tienes que ir en transporte público hasta la parada de Luxembourg. Aquí encontrarás, además, la mayoría de edificios e instituciones que controlan la Unión Europea. Como nota, el Parlamento cuenta con una visita gratuita.
Otro punto alejado del centro de Bruselas que merece la pena visitar es la Basílica del Sagrado Corazón. Se trata de una preciosa iglesia con estilo ArtDecó que llama la atención por su gran cúpula de color verde. Además, allí puedes obtener las mejores vistas de Bruselas.
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del Atomium, el símbolo por excelencia de la ciudad. Esta singular construcción representa un átomo de hierro ampliado 165 billones de veces y que alcanza 100 metros de altura. Además, cerca también está Mini Europe, un paseo encantador, sobre todo si vamos con niños, pues en su interior hay 350 maquetas de los monumentos más famosos de toda Europa.
Por último, no podemos irnos de Bruselas sin probar uno de sus placeres dulces más típicos, el gofre belga, ¡que aproveche!
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