Dunedin, ciudad victoriana de Nueva Zelanda
Dunedin es una interesante ciudad de Nueva Zelanda. Situada en la bahía de Otago, fue fundada en 1848. Es cierto que no podemos decir que se trate de una ciudad con una larguísima historia, pero para ser justos, hay que señalar que, en 1861, gracias al descubrimiento de oro, creció rápidamente, por lo que hoy por hoy, el turista va a encontrarse una ciudad grande, llena de vida y con un sinfín de lugares interesantes para visitar.
Tanto Dunedin como Coastal Otago se caracterizan por estar rodeadas de un entorno natural de gran belleza, algo que en ocasiones hace que esta parte sea considerada como la capital ecológica de Nueva Zelanda. Además, hay que destacar que la urbe es una de los núcleos urbanos eudardinos y victorianos mejor conservados del hemisferio sur, algo que nos asegurará un gran repertorio de arquitectura de estilo gótico y un sinfín de atracciones patrimoniales.
Lugares para visitar en Dunedin
Se puede destacar, por ejemplo, el Larnach Castel. Fue construido en 1871, y a día de hoy es el único castillo de Nueva Zelanda, pues el de Cargill (también en Dunedin), está en ruinas.
Larnach Castel, Dunedin
Los amantes de la arquitectura eduardina, tienen una visita obligada a la casa Olveston House, hoy convertida en museo. Cuenta con un diseño de lo más refinado en cada una de sus 35 habitaciones. Fue proyectada y construida por una adinerada familia de mercaderes a principios de la década de 1900. Hoy recibe a los turistas en un ambiente relajado y señorial.
Al pasear por el centro de la ciudad, el turista podrá admirar algunas de sus iglesias, como la First Church of Otago, o lo que es lo mismo, la iglesia principal iglesia presbiteriana de la ciudad. Además, también es interesante visitar la catedral de St Paul, siendo estas sólo un pequeño ejemplo de los templos que esta ciudad guarda para el turista.
Olvídate del tiempo y recorre las calles que forman el Octagon, que como su propio nombre indica, no es más que un conjunto de vías que forman un octágono. En ellas se encuentran un gran número de tiendas y restaurantes para poder hacer un alto en el camino. Coge fuerzas, pues nada más salir de este entramado de calles te encontrarás frente a frente con uno de los edificios más fotografiados de Nueva Zelanda, la estación de trenes de Dunedin.
Estación de tren de Dunedin – foto de Diego Delso
Fue construido a principios de 1900; y es que, durante esta época, la ciudad era el centro comercial de Nueva Zelanda. En 1906 se inauguraba, y ya en aquellos días, todo el mundo caía rendido ante su belleza.
La estación está completamente restaurada, haciendo muestra de su antiguo esplendor. Será posible, pues, admirar lentamente cada una de las partes de su ornamentada arquitectura que cuenta con un estilo propio del Renacimiento flamenco. Destacamos, entre otros, el salón de reserva, que cuenta con un suelo de mosaico de casi 750.000 azulejos de porcelana.
Y si se trata de aprovechar el tiempo y ver cosas impresionantes, la naturaleza, en esta región de Nueva Zelanda, nos lo pone fácil. Puedes visitar las playas de la península de Otago; y es que es justo aquí donde tras un largo trabajo de conservación, resurgió el pingüino de ojos amarillos, el cual estuvo en peligro de extinción durante mucho tiempo. La mejor manera de observar esta espectacular ave es contratando un operador turístico, que además también nos mostrará otros animales como los leones marinos o las focas.
Hoteles en Dunedin
Si buscas alojarte en esta ciudad, no tendrás problema. Los hoteles son de bastante calidad, encontrando lugares como el Hotel Scenic Dunedin City, un establecimiento de 4 estrellas ubicado en un precioso edificio de nueve pisos que data de finales de los sesenta, pero completamente restaurado. Está ubicado a tan sólo 2 calles del famoso Octagon, por lo que al escogerlo como alojamiento en Dunedin estarás a muy pocos metros de una zona repleta de restaurantes y lugares de ocio.