Consejos para visitar la Catedral de Valencia
Al recorrer las calles de Valencia, seguramente pasarás frente a su templo mayor: la Catedral y hoy vamos visitarla.
Si bien no puede ser considerada de las mas bellas de España, donde hay tantos excelentes ejemplos de arquitectura religiosa, la Catedral valenciana merece atención por la amalgama de estilos que le han dado forma a través de los siglos y por su mayor tesoro: el que se dice ser “el Santo Grial”.
Este templo se levanta sobre una mezquita que, a su vez, ocupaba el espacio de una catedral visigoda. Hoy apenas quedan restos de ambas. En el siglo XIII, Jaime I el Conquistador decidió construir templo en honor de Santa María financiada por la burguesía de la ciudad de Valencia.
Mientras se iba demoliendo el musulmán, fue creciendo un clásico edificio de tres naves, cimborrio sobre el crucero, girola y ábside. La leyenda dice que el rey derribó los últimos muros de la mezquita con sus propias manos, usando un mazo.
Los valencianos suelen hacer referencia a la larga construcción de la catedral (o seu) con un dicho popular: “eso es más largo que las obras de la seu”. Y ello se ve en los distintos estilos que se fueron plasmando: estructura medieval, una de las portadas del crucero es románica y la otra es gótica.
En ésta última, la Puerta de los Apóstoles, se reúne tradicionalmente el Tribunal de las Aguas para juzgar los litigios de los agricultores en el tema del riego de sus campos.
La antigua Sala Capitular, hoy se llama Capilla del Santo Cáliz porque en ella se custodia una copa de ágata del siglo I que algunos quieren identificar con el Santo Grial. Esta sala y el Miguelete o campanario Nuevo, que se utilizó como faro en alguna época, estaban exentos del edificio y no se unieron a él hasta 1459.
Sin duda, un muestrario de estilos que no deja de tener su encanto. Seguramente la figura de la Catedral de Valencia te llamará la atención y es una razón más para pasearte por las calles más tradicionales de la ciudad.
Foto/ Flickr de Toni Blay
