Rutas por Castilla-La Mancha
Castilla-La Mancha es una de las regiones con más historia de España. Ubicada en el centro del país, envolviendo el sur y el este de Madrid, Castilla-La Mancha es el escenario principal de nuestro Don Quijote. Una tierra llena de cordilleras y llanuras, de viñedos, castillos y los míticos molinos de viento. Su capital, Toledo, es una verdadera maravilla para los amantes del arte arquitectónico.
No obstante, esta región cuenta con más, mucho más. Por ejemplo, con una amplia variedad de pueblecitos en los que encontrarás naturaleza, gastronomía e incluso castillos de cuento. Te ofrecemos una lista de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha. Una ruta que no deberías perderte por nada del mundo.
Nuestra selección de pueblos con encanto castellano
1.- Pastrana, en Guadalajara
Un buen comienzo puede ser Pastrana (Guadalajara), capital de la Alcarria. Ciudad especialmente importante entre los siglos XVI y XVII, guarda aún tesoros arquitectónicos de esa época. En Pastrana, entre otros, podrás visitar una preciosa Colegiata, pero también el Palacio Ducal, lugar en el que residió la mismísima Princesa de Éboli.
Destacan también los tapices flamencos de Alfonso V, así como los conventos que fundaron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. No hay que olvidarse de la Casa de la Inquisición, aunque sólo sea para tener presente una de las etapas más oscuras de la Iglesia en nuestro país. En resumen, podemos destacar este pueblo por su ambiente medieval-renacentista. Un lugar plagado de leyendas y recuerdos que nos transportan a otros días.
Colegiata de Pastrana, en Guadalajara
2.- Alcalá del Júcar, en Albacete
Alcalá del Júcar (Albacete), cuenta, además de con un trazado encantador, con una naturaleza desbordante a su alrededor. Extendido sobre una ladera, de manera completamente escalonada, Alcalá del Júcar presenta un sinfín de acantilados sobre el río Júcar. En lo más alto, encaramado a la piedra, un bonito castillo del siglo XV.
Dicen de este rincón que es uno de los pueblos más pintorescos de Albacete, y lo cierto es que motivos no le faltan. Casas blancas que son parte de la montaña y que vigilan incansables la hoz que el Júcar ha diseñado durante millones de años. Pueblo agradable, sí, pero también sus rutas; y es que en Alcalá del Júcar puedes hacer un montón de rutas de senderismo, más o menos complicadas, para conocer el encanto natural de este enclave.
Alcalá del Júcar, en Albacete
3.- Atienza, en Guadalajara
La siguiente parada es Atienza (Guadalajara), la roca del Cid Campeador. En el Poema del Mío Cid, su castillo ya es nombrado y definido como una fortaleza perfecta sobre un promontorio rocoso. De origen árabe y posteriores modificaciones cristianas, esta fortaleza, de la que sólo queda la torre del homenaje, vigila las sinuosas calles del pueblo. Y no, no es un pueblo cualquiera; y es que Atienza es uno de los mejores conjuntos urbanos medievales de la zona.
Atienza, en Guadalajara
4.- Belmonte, en Cuenca
No obstante, si de castillos manchegos hablamos, no podemos olvidar el Castillo de Belmonte. Ubicado en Belmonte (Cuenca), esta fortaleza es de estilo gótico-mudéjar y fue construida en el siglo XV. Su estado de conservación sorprende, al igual que su fachada, la cual cuenta con gran parecido a la fachada del castillo nuevo de Manzanares.
Castillo de Belmonte, en Cuenca
No es el único lugar interesante de este pueblo, en Belmonte también puedes visitar la Colegiata de Bartolomé. Además, no hay que olvidar sus hermosas casonas blancas, que se reparten armoniosamente por las calles de la localidad. Muchos aseguran que Belmonte, con todo esto, es uno de los rincones más bellos de toda Castilla-La Mancha.
5.- Campo de Criptana, en Ciudad Real
Nos desplazamos ahora a Ciudad Real, concretamente a Campo de Criptana. Si existe un pueblo que se pueda relacionar con el paisaje que se describe en El Quijote, este es, sin duda, Campo de Criptana. Con sus típicos molinos manchegos, esos que se confundían con gigantes. Además, cuenta con un casco urbano precioso, con callecitas estrechas y serpenteantes en el que se respira un ambiente 100% manchego.
Campo de Criptana, en Ciudad Real
6.- Alarcón, en Cuenca
Para terminar, volvemos a Cuenca, a Alarcón. Otro lugar con castillo, muy bonito, además. No obstante, no es sólo el castillo lo que nos conduce hasta aquí, ni mucho menos. En Alarcón, su fortaleza comparte protagonismo con el río Júcar, que, además, bordea abrazando el peñasco en el que se ubica la fortaleza. Alrededor de él, situado en alto, el resto de edificaciones de este pueblo tan peculiar.
Alarcón, en Cuenca
Son estos algunos de los ejemplos de pueblos pintorescos que podrás encontrarte recorriendo estas tierras castellanas tan sosegadas y familiares.
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