
Una ruta por Fez, Marruecos

Fez es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. Así, junto a Marrakech, Mequinez y Rabat, en Fez el turismo es parte del día a día. No es de extrañar; y es que estamos ante una de las ciudades más encantadoras del país.
Está considerada como el centro religioso y cultural del país, contando además con una de las universidades más famosas e importantes de Marruecos por el estudio del árabe y la religión musulmana. Es, por tanto, una de las joyas de este lado de África. Un rincón que bien merece conocer, pues además cuenta con un sinfín de atracciones y puntos turísticos de interés.
El turista en Fez siente que el tiempo retrocede al caminar por sus laberínticas y medievales calles. La mejor forma de adentrarse en ella es precisamente esa, perdiéndose entre sus calles y conociendo zonas encantadoras como la curtiduría Chouwara, la más extensa de las cuatro curtidurías tradicionales de la ciudad. Está en el corazón de la Medina Fez el Bali, un lugar en el que perderse es una delicia.
No os dejéis engañar por el mal olor de esta curtiduría, pues el espectáculo de color es magnífico. Un sinfín de tintes naturales se dispone ante nuestros ojos, creando un colorido paisaje lleno de pieles.
Para entrar en la Medina y encontrarnos con esta y otras zonas, así como miles de tiendecitas y zonas para tomar algo, debemos pasar por la Puerta Bab Bou Jeloud, una de las zonas más animadas de la ciudad. Es una puerta construida en 1913 y cuenta con tres arcos de herradura simétricos con un sinfín de azulejos azules, algo que también hace que se conozca como la Puerta Azul.
Lugares sagrados en Fez hay muchos. Tenemos por ejemplo la famosa Mezquita Al Karaouine, construida en el año 859 en el mandato de Fátima al Fihriya. Es uno de los complejos arquitectónicos más grandes de la ciudad y es precisamente en su interior donde encontramos una de las universidades más antiguas del mundo.
El Mausoleo de Mulay Idrís II es otro de los lugares sagrados de Fez. Se trata de un santuario dedicado al rey de Marruecos entre los años 807 y 828. Cabe destacar que este rey es patrón de la ciudad, pero también el santo más venerado de Marruecos, por lo que es un lugar de peregrinaje entre los musulmanes, que esperan obtener la bendición del mismo al visitar el Mausoleo.
No nos olvidemos del Palacio Real de Fez, construido en el siglo XIV. Es uno de los más grandes y antiguos de Marruecos. Es curioso saber que fue construido fuera de la Medina antigua, y al crecer tanto en tamaño, surgió una nueva medina para abastecer las necesidades del Palacio. Destacan las enormes puertas de bronce enmarcadas por miles de azulejos de cerámica verde y azul.
Desgraciadamente, todos estos lugares tan sólo podremos visitarlos por fuera; y es que los lugares sagrados como mezquitas, palacios y santuarios están reservados únicamente a personas pertenecientes a la religión musulmana. No obstante, merece la pena verlos por fuera y aprovechar las vistas desde los pequeños espacios reservados para los turistas.
Si ya estáis convencidos y sabéis que queréis vivir la experiencia de visitar Fez, seguro que estaréis pensando en el tema alojamiento. No os preocupéis, existe una amplia variedad de hoteles en Fez que se ajustarán a vuestras necesidades.
Siguiendo nuestra visita por la ciudad, no podemos olvidarnos de las Medersas. Son antiguas escuelas coránicas donde vivían los estudiantes. Aquí en Fez se pueden visitar tres. Tenemos por un lado la Medersa Attarine, construida entre 1323 y 1325, la Medersa Bou Inania, construida en el año 1350 o la Medersa Cherratine, lugar en el que además podemos visitar sus antiguas habitaciones.
Por último, no nos olvidemos de los museos de la ciudad, que también cuentan con mucho interés entre los turistas. Destacamos el Museo Dar Batha, emplazado en un palacio hispano árabe de finales del siglo XIX y que cuenta con una amplísima colección de artesanía tradicional marroquí.
Si te interesan las armas, debes visitar el Museo de las Armas de Fez, con una colección muy importante de armas de varios periodos históricos de Marruecos.
Finalmente tenemos el Museo de Arte y Artesanía de la Madera, ubicado en una fonda del siglo XVIII y que guarda un gran número de objetos realizados con madera de la forma más tradicional posible.